El único
problema de las personas
Es que no se
conocen a sí mismos
Mientras piensan
que los demás
No se toman
el tiempo de conocerlos.
Todos actúan
por inercia
A la espera
de que alguien,
Quién sea,
Les dé un
papel en su vida,
Los convierta
en un personaje
Y delimite
su existencia,
Sus
creencias,
Sus
pensamientos,
Sus acciones;
Luego se
salen del guión
Para sentirse
libres
Sin darse
cuenta de que,
En efecto,
A nadie le
interesa,
De que el
interés es parte de la obra
Escrita a
muchas manos
Que resulta
siendo la existencia;
Escrita a
tantas manos
Y a través
de tantos años,
Que se
vuelve realidad,
Esa realidad
que nos creemos
Sin llegar a
entender del todo
Por darle
demasiada importancia.
Creo que así
comienzan las historias,
Del manantial
supremo de la duda,
Del seguir
andando sin tener control
Mientras se
hace lo posible por demostrar,
A terceros
igual de desorientados,
Que está
ocurriendo lo contrario.
Una noche salí
de casa con un propósito sencillo,
Creo que era
un domingo,
No me había
afeitado
Y todo
transcurría con parsimonia
Porque el
día siguiente era un festivo;
A nadie le
gusta trabajar,
Preferimos
derrochar el tiempo
En actividades
que nos den placer,
Aunque el
placer sea
El simpe
hecho de no hacer nada,
De no tener
responsabilidades.
Las calles
estaban casi desoladas,
Encontré una
buena emisora
Y me alegré,
No todas las
noches puedes escuchar Jazz
Mientras atraviesas
calles
De la ciudad
que mejor conoces
Tan solo
pobladas
Por puñados
de personas;
Personas que
se ríen,
Personas que
montan bicicleta
Con una
expresión parca,
Personas que
te miran con disimulo
Intentando descifrar
los secretos
Que ni
siquiera tus mejores amigos saben;
Estoy seguro
de que a veces lo logran,
En la
lejanía todo se hace evidente.
Llegué a mi
destino sin dificultad,
Un par de
minutos de retraso
Nunca conllevan
resultados funestos,
La noche
estaba bien,
Tal vez un
poco fría y nublada,
“Las
estrellas no se muestran hoy”, pensé;
Pero seguía
siendo una buena noche,
Una de esas
noches
En que
caminar no es tan difícil,
En que la
mañana se ve lejos,
Demasiado lejos
para ser una molestia,
Para aparecer
en una conversación.
Todo transcurrió
dentro de lo planeado
Y eso me
causó alguna decepción,
Charlas,
miradas, gestos,
Ganas de ir
al baño cada cierto tiempo,
Una que otra
risa,
Exquisitos
silencios
Que nadie
parece apreciar;
Me di cuenta
de que no quería estar ahí,
De que ni
siquiera mi instinto deseaba
Seguir hablando
con aquella mujer
Y que era
hora de irse
Aunque fuera
temprano.
“¿Qué
tienes?”, preguntó;
“Nada”,
respondí,
“Solo estoy
muy cansado”;
“¿Nos vamos?”,
preguntó;
“No”,
respondí,
“Quedémonos
un rato más”.
Incoherencia,
es cierto,
Pero era lo
correcto
En ese
preciso momento,
Sentí unas
ansias enormes por entenderla,
Creo que
nadie la había entendido antes,
A veces toma
algo de tiempo
Darse cuenta
de que alguien
No tiene
valor alguno
Más allá de
lo que encuentras
A simple
vista;
No todos
tienen algo que decir
Y los sueños
nunca son suficiente
Para darle
valor a tu existencia,
Ni siquiera
sueños hermosos
Acompañados de
realismo,
Un baguette
a media noche
Y elegantes
notas musicales.
Transcurrió
una hora más,
Los silencios
eran largos
Y a ella
parecían incomodarle;
La llevé a
su casa,
Le deseé muy
buena suerte,
Vi su figura
entrar a aquel edificio
Y me alegré
de poder encender la radio
Una vez más
y andar las calles
En busca de
extraños con historias,
De seres con
alma.
El problema
de la personas es que no se conocen,
Pero están
seguros de que son únicos
Y dejan que
la vida los lleve,
Que los
demás moldeen sus palabras
Para olvidarse
del suelo que pisan
Y no vuelvan
a hablar con el techo.
La vida es
una obra
En la que
todos buscamos el papel principal
Creyendo merecerlo
por algún detalle irrelevante,
Un salto,
Un grito,
Una cicatriz
en el hombro,
El valor
para enfrentarse a cien guerreros,
El valor
para enfrentarse a la muerte,
Escuchar jazz
a media noche,
Decir un
comentario gracioso,
O haber vivido
un par de historias;
Sobresalir
no es tan difícil
Si solo
quieres sobresalir,
Si quieres
dejar tu aroma
En cada sala
que visitas
Y que tu
nombre retumbe
En oídos de
los que no sabes nada,
Pero serás
tan solo parte de la escenografía,
Un árbol,
Una piedra,
La puerta
dibujada en un pedazo de cartón
Que, de
todas maneras,
Nadie está
interesado en abrir.
No seas un
protagonista
Que esos son
los que más sufren
Cuando son
olvidados por cualquiera,
Tampoco seas
un dibujo
Que esos no
son más que útiles
En ciertos momentos
de la vida,
En momentos
de tristeza,
De soledad;
No luches
por ser nada
Que vaya más
allá de tus capacidades,
Encuentra el
silencio
Para entenderte,
Para abrazarte
en la oscuridad,
Para no
fingir un libertinaje
Y poder
dormir tranquilo
Tras haber
disfrutado
El haberte
quitado los zapatos
Con los que
diste una larga caminata;
Los sueños
no son suficiente,
Pero son
algo,
A veces.
Por: Juan
José Cadena D.
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