Barreras
mentales infinitas
Dibujadas
por rayos esporádicos de razón,
Atentas,
cabizbajas, vivas,
Mirando
en la lejanía el porqué.
Respiraciones
profundas agotadas,
Perdidas
entre tanta luminosidad intensa,
Descansando
de hacer nada,
Descansando
de ser todo.
Quedo
salpicado de amargura,
De tintes
invisibles pero perceptibles,
Raíz
misma de la melancolía,
Única
razón de la felicidad.
Extraviado
entre lúgubres neblinas
Decidido
a dejar de corretear,
Extasiado
por imágenes supremas,
Salido
por completo de la realidad.
Cordilleras
descendentes serpenteando
Entre
la existencia y la soledad,
Rayos
de oro compactados,
Esencia
misma de la naturalidad.
Un resplandor
a media mañana
Que distraído
se extravió de nuevo,
Una
incógnita movediza indescifrable
Que no
sabe a qué vino a este mundo.
Creamos
paradigmas cambiantes,
Cambios
de tonalidades de distintos grados;
Creamos
aire, creamos vino,
Creamos
lo que se te venga en gana.
Somos
fuego azul oscuro,
Inexistente
pero lleno de poder;
Somos
una ambivalencia ambulante,
Pensamientos
con mucha credibilidad.
Ven y
dejemos de ser,
Que el
tiempo pase y pase sin más,
Que las
olas se lleven nuestros sueños,
Que los
paradigmas se esfumen de una vez.
Ven
para lograr estar tranquilos
Acurrucados
junto al destino;
Que
las aves sigan su vuelo
Mientras
los peces deambulan en el mar.
Ven
y dejemos de ser,
Todo
se aleja, se va, fallece,
Todo
tiene que terminar;
No
seamos todo, por favor,
No seamos,
Ven.
Por:
Juan José Cadena D.