jueves, 25 de febrero de 2016

Fingir

Llegó dejando entrever
Cierta inseguridad en
Su manera de andar,
“Qué extraño”, pensé,
“Suele caminar dando
Pasos más largos”;
No dije nada al respecto
Y pedí otra cerveza
Tras recibir un beso
En los labios de su
Parte junto a palabras
De saludo que en verdad
No teníamos ganas de
Darnos en aquel momento;
Nada más que cortesías.
“¿Por qué no me llamaste
Ayer?”, preguntó de manera
Tajante mientras parecía
Sostener la totalidad de
Su atención en el movimiento
Circular de su muñeca
Para mezclar su café con
La exagerada porción
De azúcar morena que
Acababa de introducir
En la taza blanca decorada
Con letras de algún alfabeto
Asiático en alto relieve;
“No hubo tiempo”, respondí
Antes de darle un largo
Sorbo a mi cerveza para
Sentir las burbujas de la
Misma elevarse por mi
Garganta con suavidad
Y no verme obligado a
Mantener mi mente y
Mis ojos fijos en ella;
“No seas descarado”,
Agregó de inmediato,
“¿Cómo me vas a decir
Que no has tiempo para
Realizar una simple llamada?”;
La miré fijamente y noté
Su nerviosismo, sonreí
En un vago intento de
Alongar a su máxima
Expresión el silencio que
De seguro le estaba
Generando ansiedad,
Noté sus piernas cambiar
De posición y sentí un
Ligero impulso de deslizar
Mi mano por ellas, de
Escalar esos pequeños pelos
Que nunca se rasuraba del
Todo bien de nuevo hasta
Posar mi mano en sus nalgas
Y hacerla gritar de un apretón,
Me reí de nuevo sin dejar de
Mirarla al sentir el roce de
Mi pantalón en la entrepierna,
“No era una simple llamada”,
Dije con la vista posada en
Sus voluptuosos pechos,
“Y yo nunca dije que me
Hubiese hecho falta tiempo,
Dije que no hubo tiempo
Porque estoy seguro de que
No lo ha habido y no lo hay.
¿No te has dado cuenta
De que no hay tiempo
Entre nosotros?,
¿No te has dado cuenta
De que no hay más
Que una carnalidad
Violenta cada tres
O cuatro días?,
¿No te has dado cuenta
De que te gané y el
Premio no me satisfizo?,
¿De que somos una mera
Casualidad sin relevancia
Si es que llegamos a ser
Algo más allá de nosotros
Mismos tratando de mostrar
Que somos capaces de
Hacer algo que valga la pena,
Alguien que valga la pena?”,
Agregué con tranquilidad
Antes de tomar de un solo
Sorbo lo que quedaba de
Cerveza y levantarme para
Encender un cigarrillo
En la terraza.
Pagué mi cuenta y me fui
Con el cigarrillo encendido
Porque sabía que ella
No tenía nada qué decir
Y no quería terminar pagando
Un café que, a fin de cuentas,
Nadie había disfrutado;
La miré de reojo mientras
Dejaba el establecimiento
Y la noté mucho más tranquila
Que cuando llegó, con tristeza
En el rostro, pero andando
Con la seguridad que la
Caracterizaba;
“Hay gente que solo
Sirve para estar triste”,
Pensé, “me alegro de
Que ya no tenga que
Fingir,
no hay nada más triste
que fingir”.


Por: Juan José Cadena D.

martes, 16 de febrero de 2016

Perfecta comprensión

“Dale la carta”,
Pienso,
“Llámala y
Entrégasela
En la mano.
Tienes su número,
Conoces su horario,
No hay problema
Para contactarla.
Llamarla,
Invitarla a tomar
Una cerveza,
Hablar con ella,
Sonreír,
Sostenerle la mirada,
Darle el regalo
Que compraste
En el viaje para
Que comprenda
Cuánto piensas
En ella aunque
Esté lejos y no
Sepas nada de
Quién es más allá
De su afición al
Fútbol, su extraña
Amistad con tu
Exnovia, que tiene
Un hermanastro
Miedoso a quien
Quiere más de la
Cuenta y que le gusta
Comer brownie con
Helado los martes
En la tarde con
Su mejor amiga
Para hablar de
Todas las peripecias
De un par de vidas
Que a nadie más
Le importan en lo
Más mínimo,
Para relatarse
Las microaventuras
Cotidianas que
Transitan por su
Existencia sin mayor
Impacto que una
Mueca de asco,
Una tenue carcajada
Disimulada entre
La fría vainilla
Derritiéndose en
Medio de un par
De bocas que parecen
Hacer poco más
Que darle vueltas
Y vueltas a un asunto
Irrelevante, previsible
Y de seguro vivido
Con igual o mayor
Intensidad por un
Número incontable
De personas que
De seguro jamás
Llegarán a cruzarse.
Mierda,
Llámala ya,
Llámala ya que
Nada pierdes,
Llámala ya que
Sabes que no te
Dirá que no
Aunque no te conozca,
Aunque no sepa
Cuál es tu color favorito,
Aunque no sepa que
Estás escribiendo un
Libro sobre un viaje
Que aún no has tenido,
Aunque no tenga idea
De qué canciones
Escuchas para mantener
Tu atención en el teclado
Y las ideas fluyendo,
Aunque no sepa nada,
Nada sobre tu presente,
Nada sobre tu pasado,
Nada sobre tus procesos,
Tus ansiedades y tus miedos,
Los miedos que ocultas
Debajo de la cama
Con la utópica esperanza
De que la oscuridad y
El silencio los espanten
Y nunca vuelvan.
Llámala,
Llámala que ella también
Sabe que los detalles
No son más que
El camino directo
Hacia el desencanto,
Hacia la realidad,
Hacia el tedio que nos
Obliga a repetir la misma
Historia de la que siempre
Decimos estar hartos
Los domingos en la tarde
Con medio cigarrillo
Entre los dedos,
Recuerdos demasiado
Dulces frescos en la
Memoria y una extraña
Obsesión por un par
De minutos que parecen
Anular días enteros
De material banal para
Dejarte sin aliento.
Llámala porque está
Pensando en ti y lo
Sabes perfectamente,
Llámala antes de que
Termine de leer la
Única novela que has
Sido capaz de publicar
Y pases a ser otro
Simple recuerdo
En un alma gitana
Que cambia de ideales
Con la misma facilidad
Con la que sale a bailar
Los viernes en la noche,
A ser un recuerdo dulce
Con un lugar especial
En aquella historia que
Se escribe con mano
Propia entre manchas
De vino tinto y coletillas
De cigarrillo barato,
Pero un recuerdo
Al fin y al cabo,
Nada más que un
Recuerdo de tres actos
En los que jamás se
Concretó siquiera
El escueto borrador
De una historia
Interesante,
Inicio precipitado,
Tímido nudo y
Desenlace ambivalente,
Certeza absoluta
De que ni siquiera los
Diálogos llegaron a
Generar un interés
Más allá del impacto
Por el título de
La obra que es,
Sin lugar a dudas,
Fenomenal.
Llámala ya mismo
Y dile que todo
Está planeado,
Que solo tiene que
Aportar su presencia
Y sus ganas de charlar
Un poco, de tomar
Un par de cervezas
Y de seguro toparse
Con un par de carcajadas
Que construirán con
Sutileza el camino
Hacia el momento
Exacto en que,
Justo antes de despedirse,
Le puedas entregar
El sobre mientras
Le susurras al oído
Las instrucciones
Exactas:
Abrir a media noche,
Luces apagadas
Exceptuando la lámpara
Que ilumina el papel,
Poner la canción
Indicada a manera
De fondo,
Leer en voz alta
Sin detenerse
La primera vez
Y de inmediato leerla
De nuevo sin pronunciar
Palabra o exclamación
Alguna y tomándose
Las pausas que considere
Necesarias para una
Perfecta comprensión.
Llámala,
Llámala ahora mismo
Y vagarás por la
Mismísima eternidad
Entre sus pensamientos”.


Por: Juan José Cadena D. 

martes, 9 de febrero de 2016

Aunque ya esté harto

Creo que el mayor de
Mis problemas en
Esta realidad impávida
Y amena en la que
Se ha desenvuelto
Mi existencia a lo largo
De los últimos meses
Es la capacidad
Imaginativa
Que poseo,
Te veo,
Te huelo,
Te escucho,
Te tocó,
Me despierto,
Ahogo un grito en
La fría suavidad
De mi almohada;
Te sigo viendo,
Maldita sea,
Te sigo viendo
Con los ojos abiertos,
Me levanto,
Me lavo la cara,
Te escucho dándome
Uno de esos consejos
Para mejorar mi apariencia
Que tanto te gustaba darme
Y que tanto me esmeraba
En ignorar sin más,
Siento tu mano deslizarse
Con suavidad por mi mejilla,
Intento morderla entre risas,
Te acercas,
Nos besamos,
Siento tu aroma,
Escucho tu risa mientras
Alegas que mi barba
Está más poblada
De lo usual,
Sonrío,
Te beso,
Siento tus labios con
La misma intensidad
Con la que siento un
Profundo temor por
El despertar que
De seguro se avecina,
Respiro con lentitud
Para arrancarle al tiempo
Una inexistente sensación
De longevidad,
De quietud,
De eternidad;
Te veo con los
Ojos abiertos
Posados en el
Espejo del baño,
Te siento con los
Labios apoyados
En la nada,
Te escucho en medio
Del silencio absoluto
De una noche en la
Que ni siquiera los
Grillos se acordaron
De que sigo vivo,
Y estás aquí aunque
Ya no existas
Porque siempre afirmaste
Con mucha entereza que
La realidad es subjetiva
Y a veces me dan ganas
De creerte más de la cuenta,
De verte,
De escucharte,
De saborearte mientras
Mis manos dibujan los
Lunares de tu espalda,
De sentir el olor de tu
Aliento en la mañana
Cuando lo primero que
Me encuentro es tu rostro
Adormilado y no puedo
Resistir el impulso de
Construir con besos
La bienvenida a un
Nuevo día de tu
Inexistente existencia;
Despertar,
Siempre despertar,
Siempre despertar y
Sentirme como un iluso
Por haberme dejado llevar
Por vagas alucinaciones
Impalpables de nuevo,
Despertar y estar en medio
De un apartamento desordenado
En el que no hay
Nada que hacer,
Despertar y estar solo,
Tan solo como cuando
Me fui a deambular
Por aquel universo
En el que no te has ido,
Tan solo como el día
En que cerraste la puerta
Por última vez y me dejaste
Sin más consuelo que
Los restos de la idealización
Que en algún punto llegué
A esparcir sobre tu esencia,
Sin más consuelo que
Los recuerdos que no
Disfruté construir junto a ti,
Sin más consuelo que las
Cenizas de las cartas
Que nunca me escribiste
Porque nunca has sido
Buena expresando
Lo que sientes;
Y verte de nuevo,
Y sentirte de nuevo,
Y escucharte de nuevo
Disculpándote por acciones
Que ni siquiera cometiste,
Prometiendo cambios
De los que eres incapaz,
Llorando lágrimas que
Nunca has tenido
Por motivos que
Ni siquiera entiendes,
Y besarte,
Y besarte,
Y besarte hasta que te
Desvanezcas una vez más,
Aprovechando cada instante
Que malgasté junto a ti,
Utilizando cada momento
Como medicina para una
Enfermedad que nunca he
Tenido pero sueño con
Tener en un futuro cercano,
Y besarte,
Y besarte,
Y besarte hasta que salga
El sol y tenga que maldecir
Una vez más al insomnio
Por la pesadez de mis
Pensamientos en el
Día venidero;
Y besarte,
Maldita sea,
Besarte para ver si me
Aburro en algún punto
De esos besos y te puedo
Olvidar de una vez por todas
Porque hace días que
No puedo dormir bien
Y la jaqueca es insoportable;
Besarte más
Y maldecir más a la imaginación
Que te sigue poniendo ahí
Aunque ya esté harto de
Encontrarme con tu imagen,
De verte,
De escucharte,
De sentirte,
De tener que despertar.


Por: Juan José Cadena D.