lunes, 23 de marzo de 2015

Singularidad

Estábamos sentados
Mientras charlábamos
Sobre las banalidades
De siempre,
El partido,
Las mujeres,
El trabajo,
La última película;
No eran más de las once,
Nos mirábamos,
Nos cedíamos la palabra,
A veces alguien
Contaba alguna anécdota
O decía una broma,
El comentario preciso
En el momento adecuado,
Risas leves,
Asentimientos,
Creación de jerarquías.
No nos conocíamos,
Nadie tenía la intención
De conocerse,
Éramos seis personas
Condenadas a soportarse
Por el interminable caminar
De las manecillas,
Por una hora,
Por dos horas,
Tal vez tres si la cerveza
Sigue estando fría.
Los extraños no hablan,
Los extraños no se expresan,
Los extraños  se retuercen
En sus ganas de existir,
De un reconocimiento
Que nunca,
Bajo ninguna circunstancia,
Los dejará satisfechos.
¿Por qué divagamos?
¿Por qué no corremos
Antes de golpearnos
En la cara o darnos
Un beso
Con sabor a olvido?
¿Por qué mirarnos?
¿Por qué fingir
Que nos importan
Las noticias
De la semana pasada?
No, no grites,
No te levantes,
Míralo a los ojos
Cuando habla,
No toques ese tema,
No critiques,
No interrumpas,
No la nombres,
No, no, no,
Nada de eso,
Compórtate,
Solo sé tú mismo.
Me aburro,
Me levanto,
Enciendo un cigarrillo,
Una mujer me pide uno,
Es alta y rubia,
Tiene un tatuaje
En su mano derecha,
Aretes pequeños
Y un collar del que
Cuelga un pequeño conejo,
Un insignificante conejo
De color dorado.
Fumamos juntos
Mientras hablamos
De literatura,
Tenemos gustos
Bastante disímiles,
No conoce a Bukowski,
Gabo la aburre,
Nunca ha leído
A Vargas Llosa
Ni a Baudelaire;
Pero eso no importa,
Lo que importa son
Sus ojos grisáceos,
Su sonrisa burlona,
Su cabello ondulado,
Sus uñas negras
Que adornaban
Los delicados dedos
Que sostenían,
Con elocuencia y clase
El cigarrillo.
El humo se terminó
Y se alejó sin decir nada,
Yo encendí otro
Con la ilusión
De que volviera,
Pero no lo hizo.
No la mires,
No le preguntes
Qué significa su
Tatuaje,
No la mires,
No trates de entender
Quién es,
No la mires,
Mejor quédate mirando
Las pálidas estrellas,
Exhalando humo,
Pensando en ella
Sin mirarla,
Quédate en silencio,
Piensa en quién eres
O al menos finge
Que estás pensando
En algo interesante,
A nadie le importa
Lo que piensas,
Pero hazlo;
Sigue siendo mejor
Que verse al espejo
La mayoría de las veces,
Las excepciones no cuentan.
No, no quiero irme
A mi casa todavía,
Siento que no he hecho
Nada especial
Y no quiero perder
Mi tiempo
Con estas personas;
“Qué pase algo”, pienso,
“Qué pase algo
Que brinde singularidad,
Que nos deje,
Al menos,
Una historia,
Un gesto,
Una palabra nueva”.
Empieza a llover,
A nadie parece importarle,
Quedamos cuatro
Personas que fingen
Comodidad,
Las luces de la calle
Crean sombras interesantes.
La cerveza está tibia,
Me levanto,
Enciendo otro cigarrillo,
Su tatuaje simboliza
Una amiga que ya no está,
Un viaje que tiene lugar
En el pasado,
Ya no hay estrellas
Y todos tenemos frío.
“Hoy no fue un buen día”,
Pienso,
“Qué bueno que
Nadie se dio cuenta”.

Por: Juan José Cadena D.


sábado, 7 de marzo de 2015

Necesidad de diccionario

Defíneme,
Dibuja mis detalles
Con ese par de ojos
Que parecen no estar,
Que se disipan
En su microcosmos,
Anarquía inútil,
Saltos al vacío,
Estornudos;
Sí, te lo estoy pidiendo,
Púleme con tus ideas,
Configura lo que soy
Desde esos mecanismos
Tan nombrados
En conversaciones irrelevantes,
No te son inalcanzables,
Lo sé,
Lo sabes,
Lo sabemos porque
Fue una construcción propia,
Un riachuelo bien encaminado,
El rasguño que dejamos
Colgado en la pared
Para llenar de simbolismos
El espacio que debió se nuestro.
Reorganízame,
Redistribuye mis prioridades,
La pirámide ovalada
Se inclina ante tus pies
Para acariciar la rigidez
Posada en tus mejillas;
No, no quiero que te vayas,
Pero tal vez debes hacerlo,
Es como pensar en la lluvia
Sentado en el parque,
Considerar la muerte,
Comprenderla,
Invitarla a almorzar
Porque escuché
De muy buena fuente
Que le encanta el pesto;
No quiero que te vayas,
Quiero que me describas
Con la paciencia taciturna
Con la que miras las estrellas,
Quiero que tus manos
Dejen de ser manos
Aunque sea cinco minutos,
Que adquieran la capacidad
De crear un puñado
De inseguridades vagas,
La divinidad latente
Con la que soñamos
Mientras las nubes revoloteaban,
Jugaban a no quedarse quietas
Ante mi displicente mirar.
No me ignores, por favor,
Sé que está ahí,
Oigo tus pensamientos
Filtrados a través de párpados
Entrecerrados y difusos,
Enséñame a escucharte
Para disfrazarnos juntos
Y salir a la calle a deambular,
A contar cuántas personas
Llegamos a confundir,
Creo que nuestros conocidos
Entrarán en aquella cifra,
Estarán sentados a la mesa,
Contarán un chiste,
Se reirán con nosotros,
Nos reiremos con ellos,
Nos miraremos de reojo,
Sabremos que lo hemos logrado,
Que podemos dormir tranquilos
Al menos esa noche,
El secreto está a salvo,
Bajo llave en la mesa de noche
Que me regalaste en navidad,
Recostado junto a una carta
Que nunca quise abrir
Porque con solo olerla
Sabía su contenido.
Lléname de odio,
De falsedades,
De historias ajenas,
De sueños inventados,
Haz que se me caiga el pelo,
Que me crezcan las uñas,
Que comience a fumar
Para poder hablar
Con aquella mujer
Vestida de azul oscuro,
Pero haz algo,
No te tambalees,
No salgas a caminar
Si no estás bien abrigada,
Por favor no,
No me hagas caso,
Entiende que no me hace falta
Aunque así lo parezca,
Compréndeme
Aunque esa comprensión
No sea más que una
Malinterpretación hedionda,
Respírame,
Acaricia mis demonios
Para que dejen de ser
Los seres pasivos
Que fingen hacerme daño.
Destrúyeme,
Admitamos que somos culpables,
Retirémonos y dediquémonos
A hacer lo que más nos gusta,
Seamos felices
Con el trabajo de otros,
Condenémonos,
De una vez por todas,
A ser siempre los mismos,
Dame la tranquilidad
De estar sentado
Sin pensar
En que andas  
Corriendo por mis venas,
Comprime mis deseos
Para no enterrar a nadie.
Grítame,
Sacude mi alma,
Deja que tus labios
Guíen el caminar
De un anacoreta,
Permite que tus silencios
Se posen sobre mis palabras,
Eclipsémonos,
Intentemos asombrarnos
De lo equivocados
Que podemos llegar a estar
Con respecto al otro,
Mirémonos un siglo
Tan solo para comprender
Que el infinito es incoloro,
Hablemos de nuestras infancias
Mientras comemos helado
En aquella banca
En la que las ambivalencias
Tienden a no existir.
Defíneme, por favor,
Defíneme para ser alguien,
Para enmarcarme en la realidad,
Para poder volar en sueños
De seres que no conozco,
Para ser libre
Para elegir,
Para desaparecer.

Por: Juan José Cadena D.

domingo, 1 de marzo de 2015

No más

Despertarse,
Deambular,
Comer un buen desayuno
Mientras escucho mi álbum favorito.
Distraerme,
Hacer trabajos,
Seguir tecleando
Para no pensar.
Estoy cansado,
Muy cansado de estar así,
De ser una contradicción,
De no creer las palabras
Que repito todos los días
A personas diferentes
A las que parece no importarle
En lo más mínimo
El desmembramiento onírico
Que acarreo;
De callar,
De inventar historias,
De darle puños certeros
A la bolsa de boxeo
Que sigue oscilando sin más,
Que me recuerda
Que no hago más
Que golpear la nada
En una soledad aparente
Contrastada tan solo
Por las pedradas de mi consciencia,
Por la sangre que gotea
Desde mis nudillos,
Por la radio
Que se queda corta
Para acallar el bullicio
De personas que no me interesan,
De mujeres entristecidas
Que luchan por ser interesantes
En esta amalgama homogénea
De la que todos hacemos parte;
Lágrimas al por mayor,
Pequeñas revoluciones incomprendidas,
El rozar de unos labios
Escondidos tras el humo
Vespertino de la ingenuidad.
Sí, somos capaces de tolerarnos
Y eso es un logro,
Somos capaces de darnos la mano,
De vernos a los ojos,
De compartir una cerveza
Mientras hablamos de películas,
De canciones que no nos gustan,
De anécdotas que no nos competen,
De lugares que no conocemos;
Somos dudas,
Remordimientos ajenos,
Tragedias que no se escriben,
Comedias que no causan gracia;
Somos alteración,
Desesperación,
Sudor,
Alucinaciones vagas,
Frases,
Un encuentro de miradas
Que se desdibujan
Con el pasar de un distraído ser
Que nos arrebata la conexión
Sin siquiera darse cuenta,
Tal vez podamos vernos luego,
Hablar de cámaras,
De cómo éramos
Hace un par de años,
De cómo somos bajo
La luna menguante
Que coincidió hoy
Sobre nuestras cabezas,
Rodeada de nubes
Que parecen querer
Quitarle un protagonismo
Inmerecido que es,
A fin de cuentas,
Aparente.
Sí, sigo aquí,
Me despierto para pensarlo,
Para entender lo que significa,
Para estar a la espera
De novedades,
De belleza,
De cambios que no quiero,
Pero acepto;
A veces llueve,
A veces hace mucho calor,
A veces no pasa nada.
Los días pasan y no cambio,
Tan solo me sorprendo
Cuando no obtengo lo que quiero,
Me frustro desde el otro lado
De la plazoleta central,
Desde la banalidad
Que construyo
Con personas a las que no escucho,
Desde estas palabras,
Desde la protección divina
Que comprendo
Una vez al mes;
Y me canso
De sentir la asfixia
Enmascarada bajo el silencio
De mis dedos,
Del romper mis horarios
Para leer un poco más,
De acariciar diálogos
Que bien podrían
Pasar pero no pasan.
Podemos hablar,
Mirarnos de reojo
Mientras suena una canción,
Discutir sobre ciencias,
Sobre cine,
Sobre relaciones sociales,
Jugar a conocernos
Una vez por semana
Y luego fingir
Que no existimos,
Regodearnos de ser fuertes,
Únicos,
Especiales.
Mi vida transcurre
Entre peleas
Que no se dan,
Entre argumentos
Que nadie quiere escuchar,
Entre comerciales,
Entre el querer cambiarme.
Grito,
Me río,
Estornudo,
Cuento la misma historia
Veinte veces,
Tal vez treinta,
Las veces que sea necesario
Para sentirme aliviado;
He ahí el inconveniente,
Nada cambia
Y yo me quedo aquí
Diciendo incoherencias,
Repitiendo acciones
De las que fui testigo directo
Mientras intento ocultar
Un par de realidades
Que son apenas obvias.
“No más”, me repito,
“No más”, me repito,
“No más” me grito al oído,
“Vivir no es tan aburrido
Cuando no te pasas
Semanas enteras
En la misma línea
De aquel poema
Que nunca vas a terminar”;
Y me quedo sentado
Con un cuerpo extraño
Entre mis helados brazos
Pensando que debo olvidar
Aquellas palabras
Que ni siquiera se dijeron,
Dejar de rellenar el pasado
Con palabras sabias;
La vida tampoco es tan interesante,
Las situaciones se dan
Sin que haya un plan.
Hagan silencio,
Por favor,
Déjenme pensar.

Por: Juan José Cadena D.