Hay
días en que me despierto
Pensando
en que no debí
Haberte
dicho que no,
Abro
los ojos y tu imagen
Parece
desvanecerse
Con
la sempiterna parsimonia
Que
caracteriza los
Pensamientos
sobre
Amores
imposibles
Y
la parquedad del
Techo
de mi habitación
No
parece si quiera
Ser
un buen argumento
Para
no saltar
Por
la ventana.
Era
un miércoles
Y
no tenía ganas
De
estar contigo;
Creo
que no tenía ganas
De
estar contigo porque
Llevaba
más de un mes
Sin
verte, la fecha
De
tu partida estaba
Demasiado
cerca
En
el calendario y
Encontrarme
de nuevo
Con
tus labios hubiese
Significado
una despedida
Demasiado
dulce para
La
historia que vivimos
Juntos.
Pensé
que era el momento
De
no volver a saber de ti,
De
no volver a escuchar de ti,
De
no volver a pensar en ti;
Pensé
que era el momento
De
no volver a verte,
A
sentirte,
A
extrañarte,
A
acostarme bocarriba y
Pasar
un par de horas
Cavilando
en cuándo
Nos
veríamos de nuevo;
Pensé
que despedirse
Sería
un acto de terquedad
Traducido
en semanas
Enteras
de tu cuerpo
Desnudo
revoloteando
En
mi mente día y noche,
En
semanas enteras con
El
eco de tus últimas palabras
Retumbando
como música
De
fondo a cada instante,
En
semanas enteras en
Las
que solo podría
Escribir
sobre ti,
Sobre
nosotros,
Sobre
lo que nunca llegamos
A
ser por la cobardía
Incesante
que nos envolvió
En
su mejor traje y nos
Lleno
de angustias
Injustificadas.
La
primera vez que quisimos
Vernos
como más que un
Par
de amigos, te dije que
Seríamos
una pareja inestable;
“Caminaremos
tomados de
La
mano y todos en la calle
Parecerán
notar que nos
Vemos
bien juntos,
Yo
diré con orgullo
Que
eres mía y tú
Te
reirás porque
Sabrás
que es todo
Lo
contrario.
Nos
besaremos mucho,
Besos
tiernos,
Besos
apasionados,
Besos
taciturnos y lejanos,
Besos
inventados por el
Rugir
de un par de almas
Solitarias
que creen haber
Creado
un lenguaje propio,
Besos
tan pequeños
Como
los defectos que
Veremos
en el otro,
Pero
tan significativos
Como
las cartas que
En
secreto nos entregaremos
Para
que quede registro
De
que todas las noches
Que
pasamos juntos
No
fueron tan solo
Una
burda ilusión.
Te
darán celos de
Personas
que no conoces,
De
personas que no existen
Más
que en mi imaginación,
En
los poemas que a veces,
Aunque
te parezca ilusorio,
Tan
solo estallan en mí
Sin
mayor referente que
Los
rostros que veo
En
algún restaurante;
Te
darán celos,
Muchos
celos que no
Sabrás
expresar más
Que
con coquetería
Hacia
terceros que
Se
sienten alegres
Por
el simple hecho
De
que les dirijas
La
palabra.
Pelearemos,
Pelearemos
lo suficiente
Para
hacer de nuestros
Besos
un campo de
Batalla
desahuciado
Donde
no que más
Que
la mórbida pasión
Como
guía de nuestros
Inescrupulosos
actos.
Hablarás
mal de mí,
Me
olvidaré de ti,
Nos
veremos
Sin
ganas de vernos
Y
no seremos más
Que
una amalgama
De
nostalgia inerte
Destinada
a hablar
Tan
solo de lo que
Dicen
los periódicos,
De
la película,
De
lo que hicimos
Esa
misma tarde”,
Te
dije con la seguridad
Absoluta
de quien cree
Haber
aprendido a
Interpretar
al mundo.
Pero
nos vimos,
Nos
vimos y nos besamos
En
aquella banca del parque
Mientras
sostenías un cigarrillo
Encendido
en tu mano derecha
Y
me contabas sobre tu infancia
Y
la tranquilidad que sientes
Al
escuchar blues,
Nos
besamos tanto que mis
Palabras
decidieron morir
En
mi cabeza para darle
Cabida
al humo que tu
Boca
expulsaba con
La
suavidad misma
Con
la que se posan
Las
estrellas en el cielo.
Hay
días en que me despierto
Deseando
no haberte
Dicho
que no;
Abro
los ojos y la realidad
No
es más que la búsqueda
De
tus canciones en la radio
Y
el releer el libro que dejaste
En
mi mesa noche con la
Marca
de tu lápiz labial
Bajo
la nota que escribiste
En
la página ochentaiocho.
Hay
días en que paso horas
Enteras
pensando en que
Nuestra
despedida se
Limita
a un mensaje que
Nadie
entendió del todo
Y
un par de miradas que
Se
dibujaron entre la
Incertidumbre
que
Sentimos
al concebir
Que
no íbamos a vernos
Nunca
más;
Me
alegro de haber
Tenido
la razón,
De
lo contrario
Hubiese
sido
Doloroso,
No
volvería
A
escribir
Sobre
ti.
Por:
Juan José Cadena D.