Ya hemos
hablado del camino,
Nos sentamos
solo a recordar,
Porque no nos
entendemos
Nunca
aprendimos a pelear.
Se han roto
los lazos invisibles,
Si existieron
ya no importa,
Se cosió la
costumbre elevada,
No
quiero pensar en otra cosa.
La verdad
está ante el farol,
No debería
siquiera dudar,
Pero mi alma
se quebranta,
Y no se si
pueda aguantar.
No hay luz al
final del túnel,
No se ve a lo
lejos el camino,
Tan solo
lloran las mariposas,
Entre la nada
y el vacio.
No logré siquiera
engañarme,
Pude dormir
en el manantial,
Y poco a poco
se fue secando
La única pisca
de realidad,
Realidad tan tormentosa
Que se queda
desnuda,
Y suelta su
aliento fresco,
Tan lleno de
oscuridad,
¿Pero porqué
extrañarse?
Esa es el
monologo de la vida,
Con principio
y sin final.
Ya la condena
se ve corta,
El esclavo no
quiere más,
El cielo ha
abierto la puerta,
¿Que más se
puede esperar?
Por: Juan
José Cadena D.