jueves, 8 de enero de 2015

Quimera fastidiosa



Nos veríamos bien juntos,
Al menos eso pienso cada vez que,
Por algún motivo,
Paso frente a esa portería
Y me pregunto a mí mismo
Por qué no darte una llamada;
Luego recuerdo que no quieres verme
E intento tomar con calma la situación.
No es tan difícil olvidar a alguien,
Es una simple cuestión de suerte
Combinada con sentido común
Porque no puedes amar a alguien
Que nunca está,
Que nunca escuchas,
Que nunca ves;
Nadie está enamorado de recuerdos,
Mucho menos si están vivos,
Solo que a veces confundimos los tiempos
Por meras ganas de avanzar hacia el pasado,
De pensar antes de actuar,
De no hablar tanto.
El problema es que nací en el 96,
Creciendo entre máquinas
Que me venden seguridades,
Me llenan de enigmas
Y no me dejan olvidar
Ni el más mínimo detalle;
Es más,
Se toman el atrevimiento
De permitirme verte
Cada vez que quiero,
Cada vez que oprimo el botón
Tras unos segundos de vacilación;
¿Quién no tiene,
Aunque sea por escasos instantes,
La debilidad a flor de piel?,
¿Cómo negarme
(Negarte)
Si entiendo
(Creo)
Que no pierdo nada,
(¿Alguna vez he perdido?)
Que parece ser que gano?
(En silencio, pero gano)

Me alegro de que no vivas tan cerca,
Porque si lo hicieras
Perdería mucho tiempo
Viendo la puerta de tu casa,
Mirando las luces encendidas
O apagadas,
El reflejo del televisor en la sala,
La luz de la cocina que se ilumina
Un par de veces a lo largo de la noche
Porque pasas a tomar agua.
También me gusta que vivas en un edificio
Y que se me haya olvidado el piso;
No tengo la más mínima tentación
De buscar tu figura a través de la cortina
A sabiendas de que,
De seguro,
Terminaré viendo la silueta de tu vecina,
Quien no merece mis segundos,
Ni siquiera mis frases.
Pero esta ciudad es muy pequeña
Y no puedo evitar pensar
Que cuando logre olvidarte
Te veré cruzar la calle,
Me lanzarás una sonrisa
Y soltaremos un par de frases.
“¿Cómo va tu vida?”,
“¿Qué hay de tu familia?”,
“Me alegro de que todo esté bien”,
“Deberíamos vernos pronto”,
“Anota mi número”,
“Buena suerte, hasta la próxima”.
Y ya caí de nuevo:
Un par de meses de laborioso olvido
Lanzados a la basura
Por semejante trivialidad;
Entristece y,
A la vez,
Me llena el alma,
No estoy seguro de qué,
Pero la llena.

No quiero que me malinterpretes,
El suprimirte no es más que un mecanismo
Autómata que se ha activado para,
De alguna manera,
Buscar mi tranquilidad.
Imagínate vivir toda vida contigo a cuestas,
Observando desde el asiento trasero
La desastrosa manera en que conduzco;
Puede que no critiques,
Que ni siquiera te atrevas a decir una palabra,
Pero vas a seguir ahí sentada
Observando,
Sintiendo,
Haciéndome sentirte
E incomodando a los otros pasajeros;
No tengo espacio para tantas personas
Y me gusta cómo te ves desde lejos,
A través de los retrovisores,
Conduciendo tu propio coche,
Usando gafas de sol
Mientras tintinea la música electrónica
Que tanto te jactas de escuchar,
Tal vez algo de jazz para recorridos largos,
Siempre alejada de las bajezas,
Con vestimentas góticas
Para resaltar tu cabellera
Y ese peculiar gesto
Con la boca de medio lado
Y los ojos entre cerrados.

Entonces vete,
Libérame de tus muletillas al hablar,
De los tintes sobre tu piel
Que expones con tanta soltura,
De las palabras en idiomas extranjeros
Y tus sueños de ser mejor persona,
De volver a ser lo que fuiste
En el prematuro pináculo
De tu efímera existencia en la lejanía;
Libérame de las excusas vagas
Alimentadas por realidades inconexas
Que solías regalarme con vergüenza,
De la forma en que  comes helado,
De tus conocidos que te nombran
Si tener idea de que quiero olvidarte,
De que te conozco más allá del saludo,
Más allá de los negocios que fueron,
En secreto,
Aparentes.
Libérame de tu recuerdo
Como yo te liberé de mi existencia
Aún a sabiendas de que,
Y esto lo tienes muy claro,
Nos veríamos bien juntos;
Casi puedo imaginarnos
Comiendo en algún sitio
Rozando nuestras manos
Y soltando una sonrisa;
Casi puedo imaginarte
Imaginando lo mismo,
Debes estar desarreglada,
Parada frente a tu ventana abierta,
Algo mareada,
Riéndote de algún tercero
Y con ganas de ser alguien;
No eres tan diferente
Después de todo,
Puedo equivocarme de vez en cuando.

Por: Juan José Cadena D.









No hay comentarios:

Publicar un comentario