jueves, 4 de agosto de 2016

Solo una

La semana pasada
Conocí una cantante
De Jazz;
“Voy a protagonizar
Un cortometraje el
Mes entrante”, dijo,
“Lo mejor de actuar
Es encontrarte a ti
Mismo a través de
Personajes que
Te son ajenos”;
Le ofrecí una cerveza,
Dijo que no bebía
Los martes porque
Se ponía muy
Existencialista,
Tomé una para mí
Y pensé que sería
Conveniente esperar
Un par de minutos antes
De insistir en que
Bebiera conmigo,
Seguiría siendo martes,
Pero tal vez le entrarían
Ganas de ponerse
Existencialista si decía las
Frases correctas
O me quedaba en silencio
El tiempo suficiente.

Citó una frase de
Facundo Cabral y no
Supe cómo sentirme
Al respecto,
No he escuchado
Nada del tipo,
De seguro es
(O fue)
Un tipo talentoso,
Los tipos sin talento
Pocas veces son
Citados en ámbitos
Diferentes a la política
Y con menor frecuencia
Aún por parte de cantantes
Mediocres que se quieren
Hacer pasar por interesantes
Rechazando una cerveza
Pasada la media noche
En un bar de mala muerte,
Sonreí, hice un gesto con
La botella en la mano y bebí
Un gran sorbo en honor
A la frase que ni siquiera
Escuché del todo bien por
Estarle prestando atención
Al tatuaje que tenía en el
Hombro izquierdo.
Casi nunca sé qué decir,
Mucho menos cuando
Se trata de alguna
Desconocida,
Casi siempre me
Dedico a repetir las
Mismas tonterías que
Me han funcionado como
Dinamizador social desde
Los años infantiles,
Cuando salía al descanso
Con miedo de estar solo
Y que las profesoras
Me pusieran más atención
De la necesaria por dicha  
Actitud tan impropia en
Los niños y tan subvalorada
En la cotidianidad que parece
Condenarnos desde el vamos
A hablar aunque no se
Tenga nada que decir;
Por eso seguía bebiendo
Mientras ella me relataba
Con la pasión a flor de piel
Del viaje que hizo a
Nueva York y de la noche
En que cantó a todo
Pulmón desde el
Techo del Empire State,
“Me sentí cantando
Para el planeta entero”, dijo,
“Que cualquier persona,
Si cerraba los ojos y
Se concentraba lo suficiente,
Podía escuchar mi voz
Cayendo en picada
Hacia sus oídos”.

Le ofrecí cerveza de nuevo,
Esta vez la aceptó con gusto,
“¿Te quieres poner
Existencialsta?”, pregunté
En tono algo jocoso,
Pareció no entender
La gracia del comentario,
Asintió con un gesto
De confusión mal
Disimulada,
Sonreí.
Fui a la barra y ordené
Un par de cervezas oscuras,
“¿Para llevar?”;
“Solo una”.

Por: Juan José Cadena D.


lunes, 1 de agosto de 2016

A veces

Pasado mañana vuelve
A ser jueves y todavía
No entiendo el porqué
De tu partida.
La última vez
Jugué a ver tu reflejo
Un par de horas mientras
Dibujabas en el espejo
Los tatuajes que no
Has sido capaz de hacerte,
Yo estaba acostado en la cama,
Tú  fingías estar sola,
Se te daba bastante mal
Ese papel de chica ruda
Al que sueles jugar cuando
Suena una canción que refleja
Todo lo que quieres ser
Pero no eres,
Tenías el pelo humedecido,
Las uñas pintadas de rojo
Y estabas convencida de
Que la desnudez es
Sinónimo de libertad;
Hablabas sola sobre
Culturas de las que no sabes
Más allá del nombre,
De la manera en que
Los signos que ahora
Tenía tu reflejo en el
Brazo izquierdo podía
Llegar a cambiar el camino
Que vislumbras para tu vida,
Te reías a carcajadas
Cuando algo quedaba mal,
Siempre me ha gustado
Tu risa felina por los pequeños
Agujeros que se te forman
En los cachetes delgados,
Recostado de medio lado
Te veía reírte y algo muy
Parecido a la alegría
Brotaba en mí.
Fui por una cerveza
Para ahogar la emotividad
Del momento,
Abrí la nevera,
Tomé una lata,
“Bien, aún quedan dos”,
Pensé mientras volvía
A la habitación para
Encontrarme con tu rostro
Lleno de figuras hechas
Con lápiz labial en el espejo;
Me acerqué y te besé,
El espejo estaba frío y quedé
Con los labios rojizos,
Me gritaste por dañar tu trabajo
Y volviste a la tarea de dibujar
Sobre una piel que parece
Ser tuya con la mirada fija
En tu ojo izquierdo.
Me acosté de nuevo,
La cama era suave,
Tomé una almohada
Para acostarme bocarriba,
El ventilador de techo daba
Lentas vueltas que se traducían
En un fluir constante del aire
En mis labios humedecidos.
Creo que fui feliz
Porque te pregunté
Algo irrelevante y no
Presté atención a tu respuesta,
Solo me complació sentir
Tu voz aguda vibrando
Entre mis tímpanos
Con la vista fija en las
Aspas que parecían
Inundar mis ojos de
Emociones que no
Soy capaz de sentir
Por creerme demasiado
Loco o demasiado
Cuerdo.
Seguí diciendo frases vagas,
Seguiste contestando,
Incluso se puede decir que
Conversamos,
Conversamos sin atención
Alguna y a sabiendas de
Que no habría recuerdo
Alguno de la conversación,
Pero conversamos,
Hicimos lo que hacen
Las parejas que
Parecen ser felices,
Conversar y conversar
Sin más,
Perderse horas enteras
En palabras ajenas que
A veces llegan a importarnos.
Te acostaste sobre mí
De improviso y me besaste,
No me sentí cómodo
Viendo tu cuerpo desnudo
Sin las marcas rojas que
Seguían llamándome a
Gritos desde el espejo,
Te aparté,
Sentí nauseas pero
Lo disimulé con remarcable
Vehemencia mientras
Movías los hombros a
Destiempo en busca de
Generar alguna armonía
De danza en mi mente
Mientras yo pensaba
En mi cerveza, las arcadas
Y las manchas rojas
En el frío espejo que parecía
Haber dejado de ser
Una de tus prioridades.
Me desnudé,
Hicimos el amor al
Ritmo de un rock suave,
Te quedaste dormida
Y me fui en silencio
Con una secreta tranquilidad
Fundamentada en el hecho
De que no hayas querido
Conversar un poco más.
Llegué a mi casa,
Tomé otra cerveza,
Pensé en ti,
Tomé otra cerveza,
Escuché tu voz que
Ya no estaba,
Tomé otra cerveza,
Me quedé dormido en
El sillón de lectura,
Creo que soñé contigo,
Me desperté con dolor de espalda,
Me di cuenta de que
A veces
Te extraño.


Por: Juan José Cadena D.