viernes, 25 de noviembre de 2011

Un Sorbo de Conciencia


Recostado en la sombra de las raíces,
Nuevamente se pierde el reloj,
Estoy ciego hace ya un tiempo,
No me importa si oigo o no.
No hay nada que oír,
La bomba de tiempo ya explotó,
Destruyó todo a su paso,
Ni la más mínima ceniza dejó.
 Fue tan grande el impacto,
Ceniza y sangre por doquier,
Nada resiste este llanto,
Cierro mis ojos para algo ver,
Estoy ciego hace ya un tiempo,
Tal vez me cuesta mucho aprender.

La sombra no se mueve,
La brisa no se calma,
Un pájaro se hace presente,
Presiento que lo ataca el karma,
Tal vez vuela si rumbo,
Tal vez sueña con aire,
Tal vez vuela hacia la nada,
Tal vez sueña con hambre.
Puede que no tenga porque vivir,
Puede que solo este herido,
Que este cansado de dormir solo,
De vivir en el exilio.

Curioso como las ramas no se mueven,
Como están posadas sobre mi cabeza,
Curioso ver el pasto tan desordenado,
Como el viento lo mueve con ligereza,
Tan tranquilo y a la vez tan riguroso,
Tan desordenado y a la vez tan hermoso,
Para aquel que pasa no es nada,
Para mí en este momento lo es todo.
El resto para mi no es nada,
El mundo se volvió un desierto,
Ni siquiera pido ser rescatado,
El futuro es tan solo incierto,
Tal vez agua,
Tal vez fuego,
Quizás  una sonrisa,
Quizás un consuelo.

El pájaro se aleja de repente,
Aletea con desesperación y rabia,
Creo que de mi esta huyendo,
Estoy seguro que no tiene alma.

Por: Juan José Cadena D.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Una gota de verdad


Debería haber más finales tristes,
Más historias sin final,
Deberían contarnos lo que pasa,
No inventar otra realidad,
Otra realidad hermosa,
Otra realidad tranquila,
La opuesta perfecta de nuestra verdad,
De nuestra vida.

Debería haber más finales tristes,
Mostrar mas lagrimas caer,
Deberían prepararnos para el mundo,
Ver muchos héroes sufrir y perecer,
Héroes con miedo,
Héroes  sin alma,
Héroes que no saben dormir tranquilos,
Dormir en calma.

Podrían haber muchos finales tristes,
Pero no queremos  aceptarlos,
Podría verse un gran vacio,
Pero nos da miedo enfrentarlo,
Enfrentar el dolor,
Enfrentar la soledad,
Enfrentar todo lo que nos impide soñar,
Levantarnos un minuto,
Tan solo un minuto para ver,
Un minuto para luchar.

Debería haber más finales tristes,
Y más historias sin final,
Pero no saldremos de este sueño,
Hasta que algo nos logre despertar,
Despertar de todo,
Despertar de nada,
Pero a fin de cuentas despertar.

Por: Juan José Cadena D.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

La Cabaña

Junto al lago aquel,
Entre  la brisa y las montañas,
Se posa suave y tiernamente
La misma simple cabaña.
Carcomida por el tiempo,
Destrozada por la calma,
Llena de aire marchito,
Llena de  flores sin alma.
La puerta esta siempre abierta,
Al igual que sus dos ventanas,
No espera que nadie entre,
Porque nadie espera visitarla.
Tiene muchas cosas,
Pero en verdad no tiene nada,
Esta llena de salones vacios,
Donde solo se pasean ratas,
Nada más ahí tiene vida,
Están muertas las paredes y las plantas.
No importan mucho las estaciones,
El sol nunca llega a este lugar,
El frio es un hábito aprendido,
El calor se dejo de desear,
Hace mucho, mucho tiempo,
Tanto que al tiempo mismo
Ya  le cuesta recordar.

En aquella cabaña sucia,
Hay una mesa ovalada,
Sobre ella una bandeja sobria
Sostiene seis figuras aladas.
Aunque tienen la misma forma,
No son copias exactas,
Sus colores fuertes
Las distinguen y separan.
El rojo le teme al mundo entero,
El verde no quiere volar,
El azul llora todas las noches,
El negro nunca aprendió a hablar,
Mientras el café y el violeta,
Tan solo piensan en matar,
No saben que exactamente,
Pero no le quieren dar oportunidad.

Cuidan esta choza vieja,
La aman mucho al parecer,
Es su arma y su guarida,
La máxima expresión de su ser.
Estos seis no son nada,
Pero son todo a la vez,
Pueden ver sin tener ojos,
Sin aire puede envejecer.
Estos seis nunca se escuchan,
Jamás se van a conocer,
Pues a pesar de vivir juntos,
Les falta tacto para perder.

Por: Juan José Cadena D.

lunes, 14 de noviembre de 2011

La vida en teoria


Que simple es la vida, todos desde muy jóvenes sabemos exactamente lo que tenemos que hacer. Nacer, crecer, reproducirnos y morir, que fácil es nuestra labor en este mundo, preservar la especie es nuestra única meta, la misma meta que tiene cualquier perro, gato o murciélago. En teoría no hay que hacer mucho, de nuestro nacimiento ni nos damos cuenta, nuestro  cuerpo crece solo y la muerte llega cuando le plazca, la reproducción tampoco es nada complicada, conseguir una pareja y juntos tener uno o mas hijos y cuidarlos hasta que se puedan cuidar solos. Que simple suena todo. Pero claro, solo es la teoría, la práctica es algo mucho más compleja, es como aprender a pilotear solamente leyendo un manual, simplemente imposible. La vida es complicada desde cualquier punto de vista, desde que nacemos nuestro cerebro no hace mas que captar cosas para nuestro aprendizaje, la niñez es una búsqueda desesperada de conocer el mundo que se basa en un “¿Por qué?”, y así vamos poco a poco despejando las dudas y perdiendo lo mas hermoso de la vida, la inocencia. Cuando no queda inocencia nos encontramos de frente con un mundo que no se parece en lo mas mínimo a lo que habíamos visto hasta entonces, vemos lagrimas donde solo habían sonrisas, lluvia aun cuando en lo mas alto de los cielos esta el sol, vemos rabia y hambre por doquier que nos hacen sentir impotentes y diminutos. Es contradictorio como mientras creces te vas sintiendo más pequeño e insignificante en este mundo, de niño el mundo es tan solo un dibujo que encuentras en un libro con pocas letras, y luego te das cuenta en un minuto cuan equivocado estabas. Pasas a sentirte diminuto y querer sobresalir de alguna manera, empiezas a pelear por ganarte un lugar en la sociedad, a veces haciendo cosas estúpidas o yendo en contra de tus propios principios e ideales. En la mayoría de los casos lastimosamente la gente pierde su rumbo, se pierde en un mundo que nos ataca constantemente y se rinde ante la presión para volverse uno mas y dejar de sobresalir por lo que es en realidad, es triste en verdad ver a tantos que se rindieron sin siquiera intentar. Seguimos creciendo sin parar, el mundo nos obliga a aprender de historia, algebra, literatura y geografía universal. Nos llenan de conocimientos básicos para que no seamos un fracaso y poder manejar nuestra vida de la mejor manera posible y así de alguna forma ayudar al gobierno en un futuro no muy lejano. De alguna forma nos miden para ver quienes pueden servirles mas, para en estos sus luces enfocar y muy de cerca vigilar, mientras los demás son casi desechados por no poseer cierta habilidad. Que bien hemos copiado a la naturaleza en la selección natural. Nos tratan de inculcar por todos los medios una ética y una moral ya establecida, nos tratan de volver personas integras para así poder tener una vida estable, y todo aquel que ose revelarse bien caro la paga. Saliendo de nuestra etapa de crecimiento, dando por hecho que logramos completar cada meta propuesta aun queda mucho dolor que aguantar, porque la vida siempre ha sido una duda eterna que no cesa, tan solo se transforma al igual que la energía. Ya entendemos como funciona nuestro cuerpo, nuestra historia y nuestra sociedad, ahora nos preguntamos para que llegamos a este lugar. Y si bien no es nada fácil manejar las emociones humanas, sentir el dolor mas angustiante en lo más profundo de tu corazón, saltar a la alegría de sentir vibraciones en tu estomago sin explicación, no sin ante pasar por la tristeza que te transmite ver una imagen que capta tu atención. Sentimos continuamente cosas que casi nunca entendemos y que por más que estudiemos a profundidad no se pueden evitar porque por más que estudiemos un pastel de chocolate jamás dejara de saber a chocolate. No hay que sentirse mal cuando no te conoces a ti mismo, es culpa de la sociedad que complico todo, del esquema inicial tan solo queda la muerte que es lo único que sigue viniendo cuando quiere, a veces sin aviso previo, a veces con meses de anticipación. Pero no podemos sentarnos a esperar que llegue, hay que ir a retar la sociedad y demostrarle que soy competente y que aunque digan que no, siempre voy a dar mas. Y es que al igual que un niño pequeño yo creo que el mundo puede ser un bonito lugar, creo que si todos ponemos algo, sin duda alguna algo hermoso saldrá. Pero no me ilusiono con fantasías infantiles, se que lo mas probable es que jamás vaya a pasar. Por ahora solo estoy en algún punto entre el principio y el final.


Por: Juan José Cadena D.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Una simple reflexión


A veces me aburro de la vida y de las personas que me rodean, me canso de muchas cosas y por eso las abandono. Soy muy perezoso  con  lo que no me interesa pero increíblemente dedicado con lo que me alegra y me motiva. Puedo ser el más organizado con mis cosas pero a la vez puedo olvidarme por completo de todo. Soy muy impulsivo en muchas cosas de mi vida, siempre tomo decisiones bruscas que muchas veces en nada bueno derivan, pero que cuando algo bueno causan suele ser muy especial y siento que eso nivela de cierta forma mi percepción de la felicidad. Estoy enamorado de cada cosa de la vida, veo paisajes hermosos  en lugares infernales, me gusta caminar despacio para poder hacer detalladamente fotografías mentales, pero pocos entienden esto y no ven belleza en el desorden, creen que tan solo son cosas estúpidas y radicales. Le tengo mucho miedo a la monotonía, por eso hago siempre cosas para evitarla  de alguna manera, pero le tengo tanto miedo que a veces caigo en ella y soy consiente que si tanto miedo me causa es porque algo de ella veo en mi, pero me aterra y le huyo así sea diciendo cosas sin sentido que a veces causan gracia y a veces extrañeza. No me culpen, es tan solo un gran terror que evito casi por naturaleza. También le temo al aburrimiento o la depresión crónica, pero en porciones pequeñas las aprecio pues me recuerdan de qué se trata la vida. Vivo contrastando los momentos malos con los buenos para ver la magnitud real de las alegrías y los problemas. Hago mi mayor esfuerzo para ver con objetividad mi vida y para no tener problemas tontos o que al menos no me afecten pero es muy duro siendo alguien como yo, siendo alguien que aunque no demuestra nada siente mucho, y que le duele profundamente las palabras y los insultos. No me gusta demostrar nada a nadie, menos si creo que no lo merece, prefiero enviar mis sentimientos a un aislamiento total de este mundo material. No me gusta que me conozcan porque no me gusta que me hieran, no soy masoquista, me da miedo dar confianza porque es como dar herramientas a un enemigo potencial, prefiero encarcelar mi instinto en lo mas profundo de mi ser. De tanto huir de que me conozcan ya es casi un hábito, en ocasiones quiero decir muchas cosas pero no las digo por olvido. Pocas personas componen mi circulo esencial, y mi entera confianza a una sola persona he sido capaz de otorgar. Mis amigos pocos son, los contaría con los dedos de mis manos, se que sobran muchos pero ni siquiera estoy seguro de cuantos. Me quedo callado mucho tiempo aunque le tengo miedo al silencio, en esos momentos veo mucho mas claros mis pensamientos, reflexiono mucho sobre lo que hago cada día para tratar de tener progreso en mi formación como persona. La soledad no me intimida, la conozco de memoria, es tan solo un espacio para ver de que soy capaz, el único espacio donde ningún otro ser me va a molestar. Me han clasificado de filosofo, tonto, intelectual, romántico, arrogante, desocupado, peleón, inteligente, raro, rebelde sin causa, y muchas otras cosas que en este momento no recuerdo, pero no me considero ninguna de esas cosas porque en ninguna soy el mejor. Sueño con marcar la historia de alguna forma, que mi nombre no se pierda después de unos años de mi muerte y que mis descendientes no sean los únicos que sepan algo de mi existencia. Pero nunca me alejo de la realidad y se que las estadísticas no me ayudan para nada, soy consiente que es muy probable que mi vida sea tan solo intrascendente y sea alguien a quien no vale la pena recordar, igual trato de llegar a las personas de alguna forma para al menos dejar una enseñanza o un recuerdo en el corazón de los que me conocieron. Me gusta escribir lo que pienso y siento para desahogarme de este mundo, a veces me dan ganas de mandar cartas a todos diciendo cuanto los quiero y cuanto los odio. Pero en verdad no odio a nadie, va en contra de mi filosofía de “amar y no criticar”, fácil de decir pero casi imposible de ejecutar. Digo lo que siento en el momento exacto porque si no lo hago se vuelven palabras hipócritas de momentos pasados. Y es que odio la hipocresía de este mundo tan asqueroso donde lo proyectado vale mas que lo sentidos y lo agresivo vale mas que lo tranquilo. Pero no odio el mundo, de hecho lo amo como a otras pocas cosas que en el se encuentran porque creo que cuando se ama algo se debe amar de verdad. La sinceridad me parece el valor más importante que me han inculcado, por encima de cualquier cosa soy sincero sin necesidad de ser imprudente o grosero. Puedo ser el ser mas detestable y repugnante sobre la faz de la tierra, puedo ser increíblemente cruel y sentirme bien siéndolo con los que se me atraviesan. Y al mismo tiempo puedo ser el mas amable y el mas noble con los quiero y no conozco. Es como si estuviera lleno de muchas personas que no conozco, se contradicen muchas veces y también se complementan. Por ahora solo vivo el día a día esperando algo que aun no entiendo y disfrutando la hermosura de mi pequeña e insignificante vida.

Por: Juan José Cadena D.

La batalla de lo perdido

El rio esta calmado,
Ya pasó la cascada,
Suavemente va rodando
Entre las piedras grandes y heladas.
Ya no importan muchas cosas,
No hay razón para parar,
Y aunque para seguir tampoco,
Es más placentero caminar.
Queman mucho los instantes,
El sol no quiere desistir,
No se comprenden los motivos,
Simplemente están ahí.
Una sombra va pasando,
Viendo la orilla del caudal,
Sabe que nadie la esta mirando,
Sabe que el sol la va a quemar.
Las nubes son espectadoras
Pueden ver sin observar,
Están posadas sobre la selva
Que ningún ruido hace ya,
Los pájaros y las serpientes
Hicieron un pacto para callar.


La corriente va en aumento,
Cada vez golpea más,
Una piedra es un obstáculo,
Una voz tranquilidad.
La sombra poco a poco se evapora,
No se tiene porque quedar,
Y aunque tampoco porque irse,
Cualquiera prefiere volar.
Hay ruido que se aproxima
Dañando toda estabilidad,
Y a pesar de la distancia
Ya se siente la ciudad.
Tal vez la sombra fue salvación,
Pudo ver un poco más allá,
Y si no alcanzó a hacerlo,
Tuvo la delicadeza de intentar,
Mientras los pájaros  y las serpientes
Siguen sin cantar.
El sol se llevo todo,
Nada puede quedar,
Otra vez se perdió la batalla,
Y quien sabe si se volverá  a dar.

Por: Juan José Cadena D.