martes, 20 de marzo de 2012

Espejismo


Ya la planicie se apodera de todo, no hay lugar para nada más. La tierra se enfurece con los palmos de la conciencia, ya se cansan los ríos y se cansan las montañas. El aire se aplasta contra los arboles  sin dejarlos hablar, no quiere escuchar las piedras, no quiere saber nada al respecto. Ya las voces se van calmando dejando la sangre fluir con normalidad,  todo sigue su curso ¿y que más da? Las lagrimas del mar se escabullen por las nubes, hace tiempo que el reloj sin darse cuenta se esta moviendo, ¿Por qué transcurre todo con tanta pasividad? Espero que hallan explosiones que no me tenga que inventar, que exista algo grande allá en la verdad. 

Pero no se mueven los pastizales, no respiran las paredes ni el tejado, llueve todo el tiempo, aun en lugares cerrados. Ya el abismo se cayó en el olvido, al igual que el dolor, la alegría y los deseos, ya fluyó el caudal de los animales tibios, que no sienten los cambios ni sienten el frio. Ya se cansó la música de bailar en los cristales multicolores del poder, ya las acuarelas se tomaron cada cosa que era verde, y ya cansado de no hacer nada el oso hormiguero se fue a dormir. 

El sol se carcajeo al ver la imagen palpitante del mañana, y atacó con su ignorancia el camino. El mundo entero llegó a una conclusión, y hasta el más pequeño soldado levanto sus ojos y aplaudió. Basta ya de tantas mentiras, basta ya de la realidad, callarse nunca fue la salida, nada más puede quedar.

Por: Juan José Cadena D.

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