martes, 5 de enero de 2016

Epifanía

Estaba hablando con un amigo
En una banca del parque
Y en medio de la charla
Me di cuenta de que hace
Cierto tiempo que se acabaron
Los sufrimientos de mi vida,
Se fueron demasiado rápido,
No tuve tiempo de despedirme,
No los aproveché lo suficiente
Y ahora tengo que pasar lo que
Me resta de existencia aquí
Sentado permitiendo que las
Historias se repitan y se repitan
Mientras me salen arrugas,
Se me cae el pelo y se esfuman
Los proyectos que alguna vez
Fueron los sueños de un niño
Al que le costó más de la cuenta
Aprender a andar en bicicleta.
Sí, los verdaderos sufrimientos
Son escasos, muy escasos,
Tan escasos que pocos llegan
A tener alguno tras haber cumplido
Los treinta años de edad,
Pero tan profundos que
Deambulamos décadas enteras
Recibiendo las oleadas arrítmicas
De sus réplicas y llegando
A creer cada ciertos golpes
Que nunca antes habíamos
Sentido ese dolor agudo
Situado justo arriba del estómago
Y aquel impulso incontrolable
Por realizar cualquier acción
Para mantener la mente
Ocupada mientras los
Días se deshilachan
Sin llegar a ser más
Que una serie de
Microfracrasos.

Se me acabaron los sufrimientos,
Tardé tan solo un par de meses
En darme cuenta de aquel hecho
Y darme el lujo de abrir la ventana
Para gritarle a los transeúntes
Que al fin estaba listo para
Convertirme en uno de ellos,
Volverme parte de la masa,
Arrastrarme entre lugares
Que me son indiferentes
Bajo el sol abrasador de
Las dos y media de la tarde,
Revolcarme entre toneladas
De basura que no es mía
Pero me corresponde por
El simple hecho de estar
Vivo, ser un ser humano
Y guardar aunque sea la
Más mínima pizca de
Esperanza en que el
Sentido de nuestras
Existencias apunta
Al terreno de lo
Sempiterno.

He decidido sentarme a
Esperar las pesadillas
Para que se sientan
Bienvenidas y queden
Sin ganas de visitarme
Durante un par de años
En los que, de igual manera,
No podré dormir tranquilo
Ni una sola vez
Por andar recreando
La imagen de esos labios
Que pudieron ser míos,
Por andar reinterpretando
Conversaciones que
Ya tuvieron lugar
Pero aún no cobran sentido,
Por andar recordando
Momentos que desde la
Distancia parecen rosar
La tan anhelada perfección
Que ha sido construida con
El armonioso baile de los
Golpes y las carcajadas,
De los silencios y las caricias,
Del melifluo deambular de un
Dedo sobre una espalda erizada
Y la soledad que habita entre los
Gestos inexpresivos de alguien
Que creías conocer.

Sintiéndome acorralado
Por fantasmas que de
Seguro nunca existirán,
No queda más que sentarse
A soñar que te sueño con
La misma intensidad
Con la alguna vez soñé tenerte
Para que te hagas tangible
Una vez más aunque
Mi tacto se limite a
Desvanecer tus rasgos
Y no me dé tiempo
Siquiera de llegar
A tu entrepierna
O sentir el dulce
Aroma de tus
Fríos labios;
Y burlarse,
Burlarse mucho,
Burlarse de todos los
Que aseguran y hasta prometen
Que después de los sufrimientos
Se encuentra la libertad.

Por: Juan José Cadena D.


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