Que
simple es la vida, todos desde muy jóvenes sabemos exactamente lo que tenemos
que hacer. Nacer, crecer, reproducirnos y morir, que fácil es nuestra labor en
este mundo, preservar la especie es nuestra única meta, la misma meta que tiene
cualquier perro, gato o murciélago. En teoría no hay que hacer mucho, de
nuestro nacimiento ni nos damos cuenta, nuestro
cuerpo crece solo y la muerte llega cuando le plazca, la reproducción
tampoco es nada complicada, conseguir una pareja y juntos tener uno o mas hijos
y cuidarlos hasta que se puedan cuidar solos. Que simple suena todo. Pero
claro, solo es la teoría, la práctica es algo mucho más compleja, es como
aprender a pilotear solamente leyendo un manual, simplemente imposible. La vida
es complicada desde cualquier punto de vista, desde que nacemos nuestro cerebro
no hace mas que captar cosas para nuestro aprendizaje, la niñez es una búsqueda
desesperada de conocer el mundo que se basa en un “¿Por qué?”, y así vamos poco
a poco despejando las dudas y perdiendo lo mas hermoso de la vida, la
inocencia. Cuando no queda inocencia nos encontramos de frente con un mundo que
no se parece en lo mas mínimo a lo que habíamos visto hasta entonces, vemos
lagrimas donde solo habían sonrisas, lluvia aun cuando en lo mas alto de los
cielos esta el sol, vemos rabia y hambre por doquier que nos hacen sentir
impotentes y diminutos. Es contradictorio como mientras creces te vas sintiendo
más pequeño e insignificante en este mundo, de niño el mundo es tan solo un dibujo
que encuentras en un libro con pocas letras, y luego te das cuenta en un minuto
cuan equivocado estabas. Pasas a sentirte diminuto y querer sobresalir de
alguna manera, empiezas a pelear por ganarte un lugar en la sociedad, a veces
haciendo cosas estúpidas o yendo en contra de tus propios principios e ideales.
En la mayoría de los casos lastimosamente la gente pierde su rumbo, se pierde
en un mundo que nos ataca constantemente y se rinde ante la presión para
volverse uno mas y dejar de sobresalir por lo que es en realidad, es triste en
verdad ver a tantos que se rindieron sin siquiera intentar. Seguimos creciendo
sin parar, el mundo nos obliga a aprender de historia, algebra, literatura y
geografía universal. Nos llenan de conocimientos básicos para que no seamos un
fracaso y poder manejar nuestra vida de la mejor manera posible y así de alguna
forma ayudar al gobierno en un futuro no muy lejano. De alguna forma nos miden
para ver quienes pueden servirles mas, para en estos sus luces enfocar y muy de
cerca vigilar, mientras los demás son casi desechados por no poseer cierta
habilidad. Que bien hemos copiado a la naturaleza en la selección natural. Nos
tratan de inculcar por todos los medios una ética y una moral ya establecida,
nos tratan de volver personas integras para así poder tener una vida estable, y
todo aquel que ose revelarse bien caro la paga. Saliendo de nuestra etapa de
crecimiento, dando por hecho que logramos completar cada meta propuesta aun
queda mucho dolor que aguantar, porque la vida siempre ha sido una duda eterna
que no cesa, tan solo se transforma al igual que la energía. Ya entendemos como
funciona nuestro cuerpo, nuestra historia y nuestra sociedad, ahora nos
preguntamos para que llegamos a este lugar. Y si bien no es nada fácil manejar
las emociones humanas, sentir el dolor mas angustiante en lo más profundo de tu
corazón, saltar a la alegría de sentir vibraciones en tu estomago sin explicación,
no sin ante pasar por la tristeza que te transmite ver una imagen que capta tu
atención. Sentimos continuamente cosas que casi nunca entendemos y que por más
que estudiemos a profundidad no se pueden evitar porque por más que estudiemos
un pastel de chocolate jamás dejara de saber a chocolate. No hay que sentirse
mal cuando no te conoces a ti mismo, es culpa de la sociedad que complico todo,
del esquema inicial tan solo queda la muerte que es lo único que sigue viniendo
cuando quiere, a veces sin aviso previo, a veces con meses de anticipación.
Pero no podemos sentarnos a esperar que llegue, hay que ir a retar la sociedad
y demostrarle que soy competente y que aunque digan que no, siempre voy a dar
mas. Y es que al igual que un niño pequeño yo creo que el mundo puede ser un
bonito lugar, creo que si todos ponemos algo, sin duda alguna algo hermoso
saldrá. Pero no me ilusiono con fantasías infantiles, se que lo mas probable es
que jamás vaya a pasar. Por ahora solo estoy en algún punto entre el principio
y el final.
Por:
Juan José Cadena D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario