miércoles, 25 de abril de 2018

Mía


¿Te vas?,
¿Ya es hora?,
Pensé que teníamos
Planes diferentes
Con respecto
Al lugar que
Ocupamos en
La vida del otro,
Pensé que habíamos
Llegado a un
Tácito acuerdo
Escrito con las
Palabras que
A ambos se nos
Quedaron atoradas
En la garganta
La última vez
Que nos vimos
A los ojos,
Pensé que jugábamos
Roles distintos
En este ir y venir
De la inexistencia
Que solía ser
El universo,
¿Segura de que
No quieres
Quedarte?,
Aún hay café
Humeante
En tu taza,
No he terminado
De comer
Y hoy se
Me antoja
Pedir postre,
¿No me
Acompañas?,
Está bien,
Entiendo,
Tienes
“Obligaciones”,
Todos las tenemos,
Supongo,
A todos nos resulta
Conveniente a veces
Tener un par de
Obligaciones
Reservadas para
Este tipo de
Ocasiones;
Vete rápido,
No hagas ruido,
No me mires
Más de la cuenta
Mientras tengo
Mi vista fija
En la ventana,
Solo vete,
No se te ocurra
Ponerle azúcar
Al café,
Bien sabes que
Me lo tomaré
En cuanto cruces
La puerta y que
Siempre he pensado
Que el café debe
Ser amargo.

Parpadeo,
Ya no estás,
Sonrío al
Darme cuenta
De que no hay
Vacío alguno,
Me recuesto
En la silla,
Paso una
Mano por
Mi cabello
Mientras tengo
La vista fija
En la casa
Abandonada
Al otro lado
De la calle
Pensando
Que sería
Un excelente
Hogar para
Cualquier
Vagabundo.
No hay cambio
Alguno en
Mi humor y
Afuera no
Está lloviendo,
De hecho
Hace calor,
Un calor
Insoportable
Que se ha
Filtrado entre
Mi ropa para
Hacer sudar
Mi espalda.
Llega la comida,
Le agradezco a
La camarera,
Me sonríe,
Le sonrío
De vuelta antes
De bajar la vista
Hacia el plato,
¿Quién carajos
Toma sopa en
Medio de este
Calor?,
Por un instante
Viene a mi mente
La imagen de una
Frustrada bailarina
De ballet que en
Este mismo instante
De seguro piensa
En un frustrado
Escritor intentando
Soplar la primera
Cucharada de su
Plato de sopa a la
Espera de que esta
Llegue a una
Temperatura que no
Afecte sus papilas
Gustativas con una
Ligera sonrisa burlona
Por lo confundida
Que debe estar
La bailarina ante
Esta imagen
Tan intempestiva.

Pruebo la sopa,
Le falta sal,
Sudo,
Veo la taza
De café al
Otro lado
De la mesa,
Pero esta no
Me dice nada
Más allá del
Humo que hace
Ya tiempo que
Dejó de emanar
Como queriendo
Expresar que
Algo en ella
Ha cambiado;
En silencio
La veo con
Cierto deseo
Mientras afuera
El asfalto arde,
Los techos de
Los edificios
Arden,
Los autos
Aparcados
Arden,
Los cerebros
De las gentes
Arden,
Y una porción
De sombra
Parece significar
El mismísimo
Paraíso,
La veo con
Cierto deseo
Mientras no
Pasa nada,
Mientras la
Sopa sigue
Estando
Demasiado
Simple,
Mientras la
Mesera de
Seguro
Ha olvidado
Cada detalle
De mi rostro,
La bailarina
Ya no existe
Y el tan temido
Vacío sigue
Sin hacerse
Presente
En mi
Existencia,
Mientras
Pienso que,
De seguro,
Si no le hubieses
Echado esas
Dos cucharadas
De azúcar,
Ahora,
En este
Preciso
Instante,
Sería
Mía.

Por: Juan José Cadena D.

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