¿Te
vas?,
¿Ya
es hora?,
Pensé
que teníamos
Planes
diferentes
Con
respecto
Al
lugar que
Ocupamos
en
La
vida del otro,
Pensé
que habíamos
Llegado
a un
Tácito
acuerdo
Escrito
con las
Palabras
que
A
ambos se nos
Quedaron
atoradas
En
la garganta
La
última vez
Que
nos vimos
A
los ojos,
Pensé
que jugábamos
Roles
distintos
En
este ir y venir
De
la inexistencia
Que
solía ser
El
universo,
¿Segura
de que
No
quieres
Quedarte?,
Aún
hay café
Humeante
En
tu taza,
No
he terminado
De
comer
Y
hoy se
Me
antoja
Pedir
postre,
¿No
me
Acompañas?,
Está
bien,
Entiendo,
Tienes
“Obligaciones”,
Todos
las tenemos,
Supongo,
A
todos nos resulta
Conveniente
a veces
Tener
un par de
Obligaciones
Reservadas
para
Este
tipo de
Ocasiones;
Vete
rápido,
No
hagas ruido,
No
me mires
Más
de la cuenta
Mientras
tengo
Mi
vista fija
En
la ventana,
Solo
vete,
No
se te ocurra
Ponerle
azúcar
Al
café,
Bien
sabes que
Me
lo tomaré
En
cuanto cruces
La
puerta y que
Siempre
he pensado
Que
el café debe
Ser
amargo.
Parpadeo,
Ya
no estás,
Sonrío
al
Darme
cuenta
De
que no hay
Vacío
alguno,
Me
recuesto
En
la silla,
Paso
una
Mano
por
Mi
cabello
Mientras
tengo
La
vista fija
En
la casa
Abandonada
Al
otro lado
De
la calle
Pensando
Que
sería
Un
excelente
Hogar
para
Cualquier
Vagabundo.
No
hay cambio
Alguno
en
Mi
humor y
Afuera
no
Está
lloviendo,
De
hecho
Hace
calor,
Un
calor
Insoportable
Que
se ha
Filtrado
entre
Mi
ropa para
Hacer
sudar
Mi
espalda.
Llega
la comida,
Le
agradezco a
La
camarera,
Me
sonríe,
Le
sonrío
De
vuelta antes
De
bajar la vista
Hacia
el plato,
¿Quién
carajos
Toma
sopa en
Medio
de este
Calor?,
Por
un instante
Viene
a mi mente
La
imagen de una
Frustrada
bailarina
De
ballet que en
Este
mismo instante
De
seguro piensa
En
un frustrado
Escritor
intentando
Soplar
la primera
Cucharada
de su
Plato
de sopa a la
Espera
de que esta
Llegue
a una
Temperatura
que no
Afecte
sus papilas
Gustativas
con una
Ligera
sonrisa burlona
Por
lo confundida
Que
debe estar
La
bailarina ante
Esta
imagen
Tan
intempestiva.
Pruebo
la sopa,
Le
falta sal,
Sudo,
Veo
la taza
De
café al
Otro
lado
De
la mesa,
Pero
esta no
Me
dice nada
Más
allá del
Humo
que hace
Ya
tiempo que
Dejó
de emanar
Como
queriendo
Expresar
que
Algo
en ella
Ha
cambiado;
En
silencio
La
veo con
Cierto
deseo
Mientras
afuera
El
asfalto arde,
Los
techos de
Los
edificios
Arden,
Los
autos
Aparcados
Arden,
Los
cerebros
De
las gentes
Arden,
Y
una porción
De
sombra
Parece
significar
El
mismísimo
Paraíso,
La
veo con
Cierto
deseo
Mientras
no
Pasa
nada,
Mientras
la
Sopa
sigue
Estando
Demasiado
Simple,
Mientras
la
Mesera
de
Seguro
Ha
olvidado
Cada
detalle
De
mi rostro,
La
bailarina
Ya
no existe
Y
el tan temido
Vacío
sigue
Sin
hacerse
Presente
En
mi
Existencia,
Mientras
Pienso
que,
De
seguro,
Si
no le hubieses
Echado
esas
Dos
cucharadas
De
azúcar,
Ahora,
En
este
Preciso
Instante,
Sería
Mía.
Por:
Juan José Cadena D.
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