Lo
más difícil de olvidarte
No
es el simple hecho
De
dejar de pensar en ti,
Eso
resulta siendo
Inclusive
algo sencillo,
Un
acto mecánico que
Se
realiza por sí mismo
Mientras
pasan los días
Sin
saber nada de ti
Ni
de cómo te estará
Yendo
en la nueva vida
Que
decidiste formar
Lejos
del alcance de
Las
palabras que te
Regalé
pero decidiste
Dejar
guardadas en
La
mesa de noche
Que
ya no le pertenece
A
nadie más que a
La
sombra de aquella
Mujer
que tanto me
Jactaba
de amar
En
medio de besos
Que
eran más que besos
Y en
medio de tardes
Que
eran mucho más
Que
el transitar de un
Reloj
enloquecido por
Tu
tacto haciéndose
Uno
con mi tacto bajo
Un
cielo que creí
Poder
hacer nuestro
Tras
un par
De
vidas juntos.
Lo
más difícil de olvidarte
No
es el simple hecho
De
dejar de pensar en ti,
No
es el simple hecho
De
no verte,
De
no escucharte,
De
no leerte,
De
escribirte a sabiendas
De
que no me lees,
De
que no me leas
A
pesar de haberte
Declarado
amante
De
mis poemas desde
Antes
de saber que
Eres
la única dueña de
Cada
una de mis letras,
De
que no me leas
A
sabiendas de que
Escribir
para alguien
Que
no te lee es una
Forma
muy extraña
De
estar muerto,
Bombeando
sangre,
Pero
muerto,
Respirando,
Pero
muerto,
Tecleando,
Pero
muerto,
Acostado
bocarriba
Viendo
las estrellas
Que
se niegan a
Contarme
cómo estás
Alegando
que hace
Ya
un buen tiempo
Que
no te ven y
Tienen
una memoria
Para
nada envidiable,
Tan
poco envidiable
Como
mi caligrafía,
De
la que tanto te
Quejabas
y por la
Que
me enviabas
Fotografías
de las
Cartas
que alguna vez
Te
di preguntando
Si
se trataba de
Un
beso, un abrazo
O
una caricia silenciosa
A
sabiendas de que te
Respondería
que se
Trataba
de lo que quisieras,
Que
siempre se trataba
De lo
que quisieras,
Que
siempre se trata
De
lo que quieres
Aunque
ese querer
Sea
no saber de mí
Nunca
más y que
Siga
pasando el
Tiempo
como si
Nunca
hubiésemos
Sido
más que la
Existencia
misma,
Y es
que a veces,
En
un efímero
Instante
de lucidez
Me
doy cuenta de
Que
no lo fuimos
Y
sonrío con nostalgia
Ante
le absurda inmensidad
Del
mundo en el que
Nos
tocó vivir
Antes
de dejar la
Idea
pasar de largo
Y
volver a poner
La
totalidad de mi
Atención
y mis sentidos
En
alguna de las burdas
Banalidades
en las que
Suelo
ahogar el vacío
De
esa mirada tan tuya
Que
hace tiempo
No
me hace sentir
Que
la mortalidad
Es
una desgracia
Porque
la infinidad
Entre
nosotros es
Tan
finita como la
Inhalación
profunda
Que
en este momento
Hago
para poder
Seguir
escribiendo
Un
poema que,
A
fin de cuentas,
No
significa nada.
Lo
más difícil de olvidarte
No
es el simple hecho
De
dejar de pensar en ti,
Es
encontrarme cada
Día
con uno o dos
Elementos
que me
Hacen
recordarte,
Es
seguir alimentando
La
leyenda que eres
En
mi vida a través
De
ritualidades que
Ya
no son nuestras,
De
lugares que
Ya
no son nuestros,
De
frases que
Ya
no me dices,
De
bromas que
Ya
no soy capaz de
Hacer
sin sentir un
Nudo
en la garganta
Que
tiene nombre
Propio
aunque a veces
Llegue
a creerme que
Con
o sin ti
Soy
el mismo yo.
¿Dónde
escondo los
Recuerdos
que no
Caben
debajo de
La
alfombra?,
¿Dónde
escondo
Los
besos para no
Verlos
en primera
Plana
tres o cuatro
Veces
por semana?,
¿Dónde
lanzo las
Cenizas
de las cartas
Que
algún día te escribí
Pero
nunca fui capaz
De
entregarte por miedo
A
que terminaras
Conociéndome
más
Que
yo mismo?,
¿Dónde
te escondo?,
Maldita
sea,
¿Dónde
te escondo?,
¿Cómo
convenzo a
La
imagen que guardo
De
ti de que se olvide
De
mi existencia a
Ver
si puedo salir a
Caminar
sin encontrarme
Con
las ruinas de lo
Que
alguna vez
Construimos
juntos
Pero
ya no tiene cabida
En
este mundo?
A
veces me pregunto
Si
hay lugar en este
Mundo
para mí
Si
tú no estás
Y la
respuesta
Es
mucho menos
Obvia
de lo que
Parece
a primera vista
Porque
no hay tristeza
Más
profunda que la
Que
se fundamenta
En
el vacío mismo
Pero
no es capaz
De
manifestarse
En
él por seguir
Dándole
vueltas
A
una historia que
Parece
no tener fin
Pero
ya lo tuvo.
Lo
más difícil de olvidarte
No
es el simple hecho
De
dejar de pensar en ti,
Es
más bien la idea de
Tener
que olvidarme
De
mí mismo,
De
lo que creo que soy,
De
lo que me convenciste
De
ser con sutileza,
Del
yo que construí
A
cuatro manos entre
Sonrisas
que ahora
Me
son ajenas
Y el
palpitar de unas
Ilusiones
que ahora se
Me
hacen demasiado vagas.
Y es
que olvidarte
Es
mucho más que
El
simple hecho
De
olvidarte,
Vida
mía,
Y
tal vez por eso
Aún
te escribo
Aunque
no me leas
Y me
quede con
Las
ganas de vivir
Aunque
la muerte
De
quien soy me palpite
Entre
las venas
Con
tan angustiosa
Fortaleza
que ahora
La
frases que
Escribo
pasan a significar
Nada
en el momento
Mismo
en el que
Se
materializan
Frente
a mi mirada
Aún
impaciente
Por
verte una vez más.
Por:
Juan José Cadena D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario