jueves, 12 de octubre de 2017

Aquel día

No estoy seguro de qué
Ocurrirá el día que por fin
Logre olvidarte del todo
Y para serte honesto
Me da algo de miedo
Que no pase gran cosa,
Que no sea más que
Un día en el calendario
En el que abrí los ojos
Para darme cuenta de
Que el peso de tu imagen
Sobre mis recuerdos
Se ha reducido lo suficiente
Como para no sentirme
Cansado cada vez que
Me veo obligado,
Por culpa de esos
Juegos tontos del destino,
A pronunciar tu nombre
O evocar alguno de
Esos detalles tan tuyos
De los que alguna vez
Me sentí tan orgulloso,
Tan afortunado de poder
Exprimir al máximo en
Medio  de caricias que
Ingenuamente llegué
A creer que no tendrían fin
Aunque el universo se
Viniera a pedazos sobre
La desnudez de aquellas
Palabras que quisimos que
Fueran nuestras
Pero no pudimos.

El día que por fin
Logre olvidarte
De seguro será
Un día muy extraño,
Pues tengo el vívido
Presentimiento de que
El mundo en el que
Vivo no tiene mayor
Sentido si tú no estás,
Las calles seguirán
Siendo las calles,
Habrá Sol y nubes
Sobre mi cabello,
Tal vez en la noche
Haya Luna llena y
Levante la mirada
Para encontrarte a
Sabiendas de que
Ya no estás y ni siquiera
Me queden ganas
De sonreír por
Lo irónico del asunto,
Pues es apenas
Evidente que
Nunca encontraré
Unos ojos que no recuerdo,
Unos labios que no recuerdo,
Unos gestos que no recuerdo,
Que ya no significan nada,
Que pasan a ser del
Mundo de la descripción,
De ese extraño tipo de
Descripción que sin importar
Cuán detallada sea,
Jamás llegará a tener
Ni una pizca de profundidad,
Ni una pizca de espíritu,
Tan solo levantaré
La mirada en medio de
Una ciudad que no me
Quiere decir nada
Para encontrarme
Con mis propias ganas
De que se desate la
Tormenta más extravagante
De los últimos años,
Que truenos y relámpagos
Tengan vía libre para
Hacer cuantos estragos
Consideren necesarios
Para mantenerme aunque
Sea ligeramente distraído
Y que la ropa mojada
Adherida a mi piel
Permee el ciego impulso
De salir volando a
Reencontrarme contigo
Aunque no tenga ni
La más mínima idea
De quién eres,
Tal vez,
De igual manera,
Nunca he sabido
A ciencia cierta
Quién eres
Y eso nunca se
Interpuso en mi
Constante impulso
De amarte aunque ese
Amor a veces estuviera
Vestido de necedad,
Y es que verte
Por primera vez
Una vez más
Sería la excusa perfecta
Para olvidarte
Aunque no quiera,
Pues la única forma
De encontrarte
Es no estarte buscando
Y desde que te conozco
No he sido capaz
De vivir sin ti,
A veces porque no quiero
Y otras porque solo tengo
Ganas de respirarte
Aunque no estés para
Sentirme vivo;
Ya hace tiempo que
Me di cuenta de que no
Necesito el olor de tu sexo
Dando vueltas en
La habitación para respirar
La intimidad que alguna
Vez construimos juntos
De manera distraída
Y creo que es lo único
Bueno que ha pasado
En mi vida desde que
Decidí olvidarte
Sin mayor éxito.

No estoy seguro de qué
Ocurrirá el día que por fin
Logre olvidarte del todo
Y para serte honesto
Me da algo de miedo
Que ese día no llegue
Nunca y me quede
Dándole cuerda a un
Reloj que no es capaz
De dar la hora,
Que no es más que
Un implemento
Decorativo que
Guardo en aquel
Sacro rincón que
Es solo tuyo en
La misma habitación
En la que alguna vez
Juramos no olvidarnos
Sin comprender las
Verdaderas implicaciones
De tan serio compromiso.
Y es que a estas alturas
Me siento tan cobarde
Que soy capaz de aferrarme
Al primer lazo que me lance
Cualquier dogma
Medianamente coherente,
Pues le tengo tanto
Miedo a tu imagen
Como a tu ausencia
Mientras los días pasan
Con su sempiterna
Calma y me ahogo en
Promesas que me hago
A sabiendas de que no
Seré capaz de cumplir.

No estoy seguro de qué
Ocurrirá el día que por fin
Logre olvidarte del todo
Y para serte honesto
Me da algo de miedo
Que ese día llegue;
O, bueno,
Tal vez no es miedo
Al día en sí mismo,
No estoy del todo seguro,
Tal vez,
Simplemente,
No quiero
Que ese día llegue
Y eso es,
De seguro,
Lo que me llena de
Miedo.


Por: Juan José Cadena D. 

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