domingo, 1 de octubre de 2017

Cualquier otro

Me cuesta mucho admitir
Que en verdad me duele
Todo lo que quise
Decirte alguna vez
Pero no te dije,
Y no me refiero a
Las frases bonitas
Por las que muchos
Suelen arrepentirse
Tras dar la despedida,
Sino a todas las frases
Que se piensan para
No decirse y que tienden
A ser olvidadas con
La mayor de las facilidades
Y hasta con cierto grado
De arrepentimiento por
Haber llegado a pensarlas
A pesar de todos los
Bellos momentos que
Vivimos juntos y
Todas las bellas
Frases que sí fuimos
Capaces de decirnos.
Me arrepiento,
Por ejemplo,
De no haberte dicho
Que no me gustaba
La actitud que tomabas
Los viernes en la noche,
Cuando nuestras
Charlas se resumían
En un permanente
Silencio de miradas
Que no se miran
Y de cuerpos que
Se tocan por el
Simple hecho
De tocarse,
Me arrepiento
De no haberte dicho
Que hubo días en los
Que no te quise,
O bueno,
Sí que te quería,
Solo que te quería
De una manera diferente,
De una manera que
Nunca llegué a
Entender del todo
Y que en esos días
Tu presencia me
Generaba más
Molestia que alegría;
Me arrepiento de
No haberte reclamado
Nunca el que mostraras
Tan poco interés
Por todo lo que hago,
Por todo lo que me importa,
Por todo en lo que trabajo,
De no haberte detenido
En alguno de tus
Comentarios al aire
Sobre el porqué
Debía dejar de hacer
Algo que me gustaba
Por el simple hecho
De que no te gustaba
Y de que te gustaba
Aún menos el que a
Tu pareja le gustase,
De no haberte dicho
Ni una sola vez que
No me gustaba la
Manera en que tratabas
A mis amigos,
Ni la manera en que
Me tratabas a mí
Cuando estaba con ellos,
Ni la manera en que
Te tratabas a ti misma
Cuando estábamos
Con ellos;
Y es que me arrepiento
De no haber dejado
Al desnudo,
Aunque fuese una vez,
El complejo de superioridad
Que te inundaba a veces,
De no haber sido capaz
De defender lo que
Me importa en
Parte por miedo
A perderte y en
Parte por guardar
La esperanza de que
Algún día comprendieras
Que mis silencios
Casi nunca significan
Aceptación sin más.
Me arrepiento de que
Te hayas ido sin
En realidad saber
Lo que pienso de
Tu sempiterna
Incoherencia,
De la manera
En que te relacionas,
De la extraña
Manía que tienes
Por hacerte la víctima
Para luego salir avante,
Dibujarte como
Tu propia heroína
Para regodearte
En la idea de que
Muchos te ven
Como una mujer
Muy fuerte,
De tu terquedad,
De la manera en que
Exageras al máximo
Cada detalle que tiene
Que ver con tu pasado
Y presente que no
Resultan para
Nada tormentosos
Aunque así los vendas,
De la manera en que
Hablas de la felicidad
Como si ya la hubieses
Aprehendido alguna vez,
De la manera en que
Me callabas con la
Mirada cuando intentaba
Ser honesto contigo.
Me cuesta mucho admitir
Que contigo fui muy débil,
Más débil de lo que creí
Llegar a ser alguna vez,
Más débil de lo que me
Permitiría ser alguna vez,
Pero lo admito,
Supongo,
O al menos eso intento
En medio del arrepentimiento
Por no haber sido capaz
De hacerte frente
Cuando eras esquiva,
Cuando eras egoísta,
Cuando eras grosera,
Y es que nada duele
Más que señalar la
Humanidad del
Ser amado,
Nada duele más
Quebrantar con palabras
La magia que en verdad
Nunca ha existido
Aunque se sienta,
Nada duele más que
Haberte perdido y
Seguir dándole vueltas
A las mismas discusiones
Que nunca tuvimos
Sobre temas que de seguro
A estas alturas te
Tienen sin cuidado,
Pero es que no encuentro
La manera de silenciar
Esos recuerdos que
Tan solo guardo yo porque
Para ti no existen,
Revolotean sobre
Mis pensamientos
Como hombres
Ávidos de un poder
Que en verdad no
Importa pero por el
Que están dispuestos
A matar;
Y tal vez me maten,
Maldita sea,
Que vengan con
Sus cuchillos,
Con sus perros,
Con su pólvora,
Que vengan y me griten
A ver si espabilo y
Al menos intento
Defenderme aunque
No pueda
Porque al parecer
Contigo aprendí
A ser un cobarde
Y tú conmigo no
Aprendiste nada
A causa de esa
Misma cobardía
Que hoy apenas
Soy capaz de matizar
Cuando digo que
Me cuesta mucho admitir
Que no le aporté nada
A tu vida más allá de
Palabras bonitas,
Una anécdota con
Dos o tres sonrisas,
Pero nada más,
Nada que valga la pena,
Nada trascendental;
Me cuesta mucho admitir
Que tan solo fui uno más,
Un don nadie que
A veces escribe
Porque casi nunca
Es capaz de hablar
Y cuando haba no
Hace más que
Decir banalidades;
Me cuesta mucho
En verdad,
No te imaginas cuanto,
Me cuesta mucho
Pensar que en
Tu vida pude
Haber sido cualquier
Otro y que,
De hecho,
De alguna manera
Que aún no
Comprendo
Del todo,
Lo fui.
Pero lo admito,
Supongo,
Al menos
Lo admito.


Por: Juan José Cadena D.

No hay comentarios:

Publicar un comentario