Tengo
ganas de irme
Y
es en gran parte
Por
tu culpa,
Porque
estoy cansado
De
ser la carta sin abrir
Guardada
bajo llave
En
tu mesa de noche
Y
se me hace imposible
Olvidar
la canción que
Cantamos
junto aquella
Madrugada
con las luces
De
la ciudad irradiando
La
totalidad de nuestros
Cuerpos
a través de
Esa
ventana que sigues
Encontrándote
cada
Mañana
al abrir los
Ojos
y darte cuenta
De
que sigues viva
Y
de que tu vida
No
tuvo mayores
Sobresaltos
mientras
Estabas
ocupada
Teniendo
sueños
Que
ni siquiera te
Tomas
el tiempo
De
recordar.
Tengo
ganas de irme
Y
es por tu culpa,
Por
culpa de la
Manera
en que
Le
das más importancia
A
ese engreído gato
Que
no te quiere
Que
a mí,
Por
culpa de los
Meses
en que fuimos
Amigos
y llegamos a
Confiar
el uno
En
el otro más
De
lo que resulta
Sano
para cualquier
Par
de compañeros que
Saben
a escondidas
Que
se están enamorando
Y
no les molesta
En
absoluto,
Por
culpa de tus
Miradas,
De
tus silencios,
De
tus muletillas,
De
la manera en que
Te
quedas mirando
El
vacío mientras
Piensas
en algo
Interesante
que
Decir
para darte
Una
pequeña palmada
En
el hombro
Mientras
la imagen
Del
espejo te susurra
Que
no eres idiota,
De
la manera en que
Lloras
una y otra vez
Por
acontecimientos
Que
no ocurrieron,
Que
no te incumben
Y
que, de igual manera,
No
hubieses podido evitar
Por
ser siempre
Esa
persona demasiado
Honesta
y con poquísimo
Dominio
de sí misma.
Tengo
ganas de irme
Y
tengo ganas de
Satisfacer
este capricho
De
una vez por todas
Para
ver si dejas de
Aparecer
con una daga
Entre
mis pensamientos
Cuando
me estoy sirviendo
Una
taza de café,
Voy
camino al baño
O
intento, sin demasiado
Esfuerzo,
sostener
Una
conversación banal
Con
alguna mujer que
Se
cruzó en mi camino
Y
con la que parezco
Coincidir
en algunos
Mínimos
aspectos
De
la cotidianidad;
“No
puedo creer
Que
tú también utilices
Esa
marca de jabón,
(Puñalada)
De
seguro es la mejor
Que
hay en el mercado.
(Puñalada
con tu cara
Sonriente
mientras me
Retuerzo
de dolor ante
Este
aburrida desconocida)
¿Acaso
la has usado siempre?”
Y
ya está,
No
escuchó su forzada
Respuesta
y me voy
Tan
rápido como me
Es
posible;
Llego
a mi casa,
Encuentro
el espejo,
Me
desnudo,
Me
veo,
Me
examino,
Nada,
No
hay marcas,
No
hay sangre,
No
hay motivos para
Correr
a urgencias,
No
hay nada más
Que
el flácido y
Enjuto
reflejo de
Alguien
que no
Ha
sido capaz
De
olvidar a
Alguien
que,
Para
colmo,
Ni
siquiera
Le
interesa,
Ni
siquiera
Le
importa.
Tengo
ganas de irme,
Tengo
muchas ganas
De
irme para no volver,
Tengo
muchas ganas
De
escapar para siempre
De
tu indiferencia y
De
tu olvido,
O
al menos del miedo
Constante
e irracional
Que
me acecha día y noche
Sobre
la lejana posibilidad
De
que llegues a ignorarme
Lo
suficiente como para
Creerte
que no existo
Y
ese pequeño cambio
En
tu de por sí simple
Mentalidad
me deje
Sin
chance alguno de ser
Leído
por aquellos ojos
En
los que tuve el exquisito
Placer
de sumergirme
Cuantas
veces me vino
En
gana durante un tiempo
Que
tal vez fue demasiado corto;
¿Y
para quién escribo
Si
no me lees?,
No
sé,
Supongo
que para nadie
Aunque
dé como excusa
A
todos los que me preguntan
Que
escribo para mí mismo
Y
que hace tiempo que
No
sé de ti.
Tengo
ganas de irme,
Pero
no me voy,
Tengo
ganas,
Muchas
ganas
De
irme,
Pero
sigo aquí
Sentado
en el
Mismo
lugar
Escribiéndole
A
alguien que
De
vez en cuando
Existe
pero se
Sigue
negando
A
leerme;
Y
a veces siento
Que
no soy más
Que
el aire que
Guía
un susurro
Malintencionado
Hasta
su oreja izquierda,
“Abre
el cajón,
Abre
la carta,
Léeme
alguna vez
No
seas cobarde”.
Por:
Juan José Cadena D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario