martes, 31 de enero de 2012

Esperando

Suena algo que solo yo puedo escuchar mientras mi mente viaja  por la galaxia a toda velocidad, veo cada molécula del universo en un solo instante, una gota que cae acelerando mi respiración a la misma proporción de mi flujo sanguíneo. Me pierdo en los recuerdos de aquel pájaro que sobrevuela la llanura de un árido desierto mientras sueña con el mismo movimiento rotativo de aquel árbol bajo el cual alguna vez me senté para aislar mi mente por un  respiro, tan solo un momento de tranquilidad. Cuando otra campanada me regresa a la realidad, las ansias empiezan a crecer con la misma fuerza con la que los músculos de mi mandíbula presionan no solo mis dientes, llenando mi mente de un sinfín de escenas que ya pasaron modificadas tan solo por la percepción de un sentimiento y el ángulo desde el cual las observo, me deslizo por el tiempo sin ninguna precaución mientras se interceptan colores de cosas jamás vividas, historias de mil personas que no he conocido se posan ante mi. Y una escena, la misma que me perturba antes de dormir se repite y se repite alterando 4 o 5 detalles sin relevancia a la vez. Suena de nuevo, y esta vez es como un volcán que despierta mis sentidos, miro a mi alrededor tratando de situar mi vista en algo que me distraiga escasos instantes de este eterno viaje del cual no se ni siquiera si regresare igual. Escucho muchas voces en mi mente mientras cada ruido se vuelve lentamente un engaño del viento para tensionar todos los músculos de mi cuerpo, mi piel se eriza y siento como cada célula de mi cuerpo es acechada por un fuego extraño que bombea mi pecho, llenando mi garganta de un acido helado y seco que asesina mis palabras y sincroniza suave y lentamente mi cerebro y mi corazón. Mi nariz ya no existe, o al menos no la siento por como el aire pasa a ser nada mas que oxigeno sin inspiración y todo se vuelve tan mecánico que llego a dudar de mi propia humanidad, sale un suspiro de lo mas profundo de mi alma liberando todo lo que soy y lo que fui. Explota una vez mas, pero esta vez me desconecto, todo queda en blanco buscando una señal que en este punto ya no deseo que llegue, no hay reacción, no hay brillo, no hay calor, no hay nada. Todo se hace lento y pasa por inercia, no controlo nada, no soy nada, mi mente que hace muy poco nadaba en los jardines de aquel lago sin vida, envolviendo en sus alas cada pensamiento, pasa a ser una tumba mas en el jardín de los recuerdos, el jardín del pasado. Tengo tiempo para todo pero no respondo ante nada, solo eso, solo eso me saca de este limbo infernal al que entre por un impulso o una elección. Ya no suena nada, nunca llegó, nunca llegara, será mejor volver a los sueños hasta el momento en que quiera volver a intentar.

Por: Juan José Cadena D.

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