martes, 31 de enero de 2012

Tiempo


Estamos perdidos, o al menos yo lo estoy y eso lo doy por hecho.  Estamos perdidos en esta cárcel que llamamos tiempo, en este presente tan único e increíble que muy pocos saben apreciar de la manera adecuada. Pensemos un momento que es el presente, personalmente lo veo como la transición entre lo que ya pasó y lo que pasara, una transición completamente inmediata e imperceptible que de forma muy cotidiana se nos escapa de las manos para jamás volver. El presente es una cárcel porque nosotros lo volvemos una, porque volvemos al presente esclavo del pasado atándolo de todas las maneras posibles y haciéndolo en muchos casos doloroso e inaguantable, hasta tal punto que se buscan salidas de este presente, salidas que nunca llevan a nada más que frustración y soledad. Todos somos esclavos de lo que hemos hecho, dicho y hasta pensado pero esto no significa que no podamos cambiar, que el pasado sea intocable no significa que no tengamos control sobre el futuro. Porque es verdad, el presente se nos escapa mientras miramos el pasado y soñamos con el futuro, tan solo idealizando cosas que nunca nos llenaran tanto como imaginamos, y esto nos termina llenando de rencor hacia la vida que tan solo nos llena de regalos que jamás dejamos de desperdiciar.

Tenemos una cualidad única, la cualidad de darle poca importancia a lo que pasa a nuestro alrededor por andar pendientes de cosas muchas veces sin sentido, pero lo mas impresionante de esta cualidad tan humana es el hecho de que cuando el tiempo pasa empezamos a ver lo hermoso de cada momento y nos da nostalgia. En ese momento queremos volver en el tiempo para vivirlo de nuevo y ahora si fijar nuestros sentidos en lo que de verdad importa, pero es tarde hace mucho ya, la manecilla se movió, y no hay forma alguna de tener eso que tuvimos. Y toda esta cadena de eventos repetitivos solo lleva a algo que creo yo no es nada sano, vivir del pasado. Esas personas que nunca miran hacia adelante y nunca hacen nada,  por estar estancados en esos momentos que ya se fueron, y logran jugar a combinar el futuro con el pasado fundiéndolos en una mezcla cíclica de la que ya no pueden escapar por miedo a la realidad, volviendo su vida una monotonía triste y melancólica. No creo que este tema tenga conclusión alguna pero si deja una conclusión para mi vida, me propongo mirar al pasado con la única intención de sonreír, me propongo mirar al futuro solo cuando tenga la certeza de no perderme en idealizaciones y me propongo gastar el resto de mi tiempo centrando mi atención en lo que me llena y hace feliz, para así cuando mire al pasado saber que no tengo nada de que arrepentirme y por ende nada que me até en forma de tristeza o rabia a él, solo en forma de alegría.

Por: Juan José Cadena D.

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