lunes, 6 de noviembre de 2017

Insignificante

Tiempo sin verte,
Tiempo muerto que
A nadie le importa,
Tú y yo encerrados
En una habitación
Que aún no existe,
Que aún no hemos
Construido por los
Continuos enojos
Que me aquejan
Dos o tres veces
Por semana,
Porque pienso que
No ha llegado
Aún el momento
De estar juntos,
Porque me sigues
Viendo como aquel
Extraño sujeto que
Se cuela entre tu
Ropa sucia con
Ganas de ser
Alguien importante
En tu vida sin
Tener del todo
Claro qué hacer
Para agradarte,
Para que aceptes
La sonrisa que
Alguna vez planeé
Regalarte pero
Nunca fui capaz
De entregarte a
Causa del pánico
Escénico que en
Mí causa la seriedad
Que te caracteriza,
Para que te lleves
Escondida entre mis
Palabras la imagen
De quien quiero ser
Y no la de quien soy
Y así llegar a tener
Una oportunidad,
Aunque esta no
Pueda ser más
Insignificante,
De ser parte de
Alguno de tus sueños
Y así sentir algo de
Propósito transitando
Entre mis venas antes
De que te despiertes
Y comiences tu
Día a día con la
Igualmente
Insignificante labor
De olvidarme.

Te levantas,
Estiras con cuidado
Los músculos de
Tu espalda en medio
De un largo bostezo,
Apoyas tus pies
En el suelo,
Está frío,
Das los mismos
Pasos que das
Cada mañana
Para encerrarte
En un baño lleno
De los pensamientos
Rotos que has acumulado
A lo largo de los últimos
Años en los que la
Vida no ha dejado
De ser la vida
Pero tú sí que has
Dejado de ser
Tú misma en
Incontables
Ocasiones.
Orinas,
Sin embargo,
Con el descarado
Desconsuelo de
Seguir siendo la
Misma que hace
Un par de horas
Cerró los ojos en
Esa cama que tan
Solo es capaz de
Acoplarse a la figura
De tu cuerpo y
Abres la ducha con
La desgana propia
De quien sabe que
Aún le quedan
Muchos días iguales
Por delante aunque
Hace tiempo que se
Ha creído el discurso
De que la felicidad
Es una construcción
Que requiere paciencia
Y de que la locura que
Aparenta en su forma
De vestir y caminar
La hace especial
Entre los millones
De millones de mortales
Que a esa misma hora
De la mañana se
Creen igualmente
Especiales por no
Ser absolutamente
Nadie.
Abres la ducha
Y ya está,
Me he ido para
Siempre de tus
Pensamientos sin
Dejar mayor huella
Ni ser testigo
De epifanía alguna,
Un conjunto más de
Imágenes sin sentido
En una serie infinita de
Imágenes sin sentido
Que pelean a codazos
Por sobresalir de alguna
Manera en esa mente
Tuya que suele tan
Esquiva como la
Honestidad que
Ni siquiera el espejo
De tu mismo baño
Es capaz de darte
Por miedo a que
Tu inexistente
Reacción implique
El fin del mundo
Tal y como lo
Hemos conocido
Desde el minuto
Al que le atribuimos
El número cero.

Qué poder más
Inútil el tuyo,
Mujer,
El de hacer que
Un intento de
Escritor se frustre
Por tu intento
De existencia
Mientras la vida
Sigue su curso
Y no me piensas
Más de lo necesario,
Mientras te escribo
En silencio a la
Espera de esa
Mirada que me
Invite a ser parte
De tu vida aunque
Tan solo sea por
El insignificante
Instante en el que
Ninguno de los dos
Es nada más allá
De una mente
Inquieta y confundida
Por la realidad;
Al parecer no eres
La única buscando
Aquella epifanía,
Pero sí que eres
Única a tu manera,
Creo.

Juan José Cadena D.

2 comentarios:

  1. Hace tiempo que he estado leyendo todo lo que escribes y considero que es bueno decirte que me gusta mucho, tus textos son sublimes y a uno lo hacen sentir fuera de todo.

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    1. Hola,

      No te imaginas lo lindo que se siente leer tus mensajes, sobretodo porque hay una magia inexplicable en que alguien, sobretodo un completo desconocido, te lea y, más aún, disfrute el leerte. Muchas gracias por tu apoyo, seguiré publicando y me encantaría que siguieras leyendo.

      Un abrazo,
      Juan José Cadena D.

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