Pensar
en ti,
Solamente
en ti,
Deambular
las
Calles
en busca
De
las huellas
Que
alguna vez
Dejamos
y no
Encontrar
más
Que
espacios
En
los que no
Ocurre
nada
Trascendental,
Sí
que te gustaba
Esa
palabra,
La
utilizo
Mientras
sonrío
Con
nostalgia
E
imagino
Tu
rostro
Mientras
La
decías,
“Me
gusta
Lo
trascendental”,
Vaya
frase,
Te
dije que
Alguna
vez
La
utilizaría
En
un poema
Y
me dijiste
Que
no
Entre
risas,
Supongo
que
A
estas alturas
Ni
siquiera
Me
lees,
Entonces
No
importa
Que
la hurte,
No
sé,
No
me gusta
Pensar
el
Asunto
más
De
lo necesario,
De
igual manera
La
realidad es que
Ni
siquiera tengo
Idea
de dónde
Estás
y tú
No
tienes idea
De
que mi vida
Sigue
igual,
Aterradoramente
Igual,
Tan
igual que
No
me cuesta
En
lo más
Mínimo
pensar
Que
en cualquier
Momento
Llamarás
a
La
puerta,
Me
saludarás
Con
un pequeño
Beso
en los
Labios
y podremos
Hacer
todo lo que
Aún
no hemos
Tachado
de la
Lista
que alguna
Noche
cualquiera
Escribimos;
¿La
conservas?,
¿Eres
consciente
De
todo lo que
Aún
nos falta
Vivir
juntos?,
¿Eres
consciente
De
todas las
Promesas
sin
Fundamento
Que
nos hicimos?
¿De
cuánto nos
Dejamos
llevar
Por
la meliflua
Perfección
del
Momento?,
Creo
que nunca
Lo
olvidaré, ¿sabes?,
La
luz filtrándose
Por
la ventana,
El
olor de nuestros
Cuerpos
que
Inundaba
la
Habitación,
Mi
dedo
Recorriendo
Tu
espalda
En
la que se
Posaba
el
Poema
más
Hermoso
que
Jamás
he escrito,
Un
acróstico
No
tan bien
Logrado
escrito
Con
marcador
Negro
y
Mi
pésima
Caligrafía,
Qué
esperpento
Sobre
la belleza
De
tu espalda,
Aún
no entiendo
Cómo
me permitiste
Hacer
semejante
Locura
de mal
Gusto,
Pero
sí que
Era
hermoso,
Sí
que iba
Con
el momento,
Con
la música que
Salía
de la televisión
Encendida,
Con
el frío,
Con
tus ojos
Curiosos
que
Me
veían de una
Manera
en que
Jamás
creí ser
Visto,
Como
diciéndome
“Oye,
gracias
Por
venir conmigo,
No
quisiera
Estar
con nadie
Más,
Con
absolutamente
Nadie
más”
Y
yo intentaba
Responderte
con
Mi
torpe mirada
Que
te amaba
Aunque
no tenía
El
valor de decirlo
Con
palabras,
Y
sentía en el
Alma
ese extraño
Tipo
de tranquilidad
Que
no se siente
Más
de dos o
Tres
veces
En
la vida,
Una
tranquilidad
Que
brilla como
El
cielo mismo,
Que
te sacude
Y
hace sentir como
Si
la infancia
Nunca
se hubiese
Ido
del todo,
Como
si hubiese
Estado
esperando
El
momento exacto
Para
salir de
Su
rincón y volverte
A
cautivar con el
Simple
gesto
De
tus labios
Acercándose
a
Los
míos,
“Quédate
quieto”,
Decías,
“Controla
impulsos”;
“No
quiero”,
Respondía,
Luego
me sonreías,
Cerrabas
los ojos,
Tomabas
mi mano
Y
suspirabas,
Y
yo escuchaba
En
ese suspiro
Un
“te amo”
Aunque
tal vez
No
tuvieses el
Valor
de decirlo
Con
palabras,
Y
nos mirábamos,
Y
nos mirábamos,
Y
nos mirábamos,
Y
no hacía falta
Nada
más,
No
había nadie
Más
con quien
Quisiera
estar,
Absolutamente
Nadie
más.
Supongo
que
Por
eso mismo
Te
pienso,
Solo
te pienso
Y
te pienso
Sin
más,
Te
pienso tanto
Como
para a veces,
En
medio del
Bullicio
del
Mundo
que
Nunca
para,
Al
quedarme
Viendo
un
Detalle
sin
Importancia,
Sentir
que
Nunca
te fuiste,
Que
el poema
Sigue
escrito
En
tu espalda
Y
que tus ojos
Aún
me miran
Como
intentando
Decirme
que la
Belleza
no siempre
Se
oculta en lo
Efímero;
Y
es que el
Detalle
siempre
Es
rojo,
Por
supuesto.
Por:
Juan José Cadena D.
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