martes, 12 de abril de 2016

Una mujer extraordinaria

Encontré una excelente
Mujer y la llevé a la cama;
Nos reímos mucho mientras
Nuestras prendas caían al
Suelo e intentábamos jugar
Con ritmo de nuestras
Lenguas, nuestras manos
Y nuestros corazones.
Contorsionamos el universo
Justo a tiempo para aterrizar
Sobre unas sábanas demasiado
Blancas con la cabeza apoyada
En almohadas que no parecían
Pertenecer a ningún ser
Humano del planeta Tierra;
Nos miramos,
Ella puso algo de música,
Jazz y rock en español,
Excelente elección para
Crear una atmósfera
Electrizante que por
Momentos lograba
Distraernos de la
Desnudez de nuestros
Cuerpos y de la curiosa
Curiosidad que se dibujaba
Entre nuestras almas.
Su pelo oscuro caía
De manera desprevenida
Sobre su rostro redondeado,
Sus ojos alargados oscilaban
En un vaivén distraído que
Parecía querer posarse en
Cada uno de mis lunares
En el menor tiempo posible
Y sus delgados labios,
Por los que pasé mi pulgar,
Estaban fríos y algo resecos;
Hablamos de literatura,
De viajes y de películas,
Me contó sobre su íntima
Relación con el vino tinto
Mientras yo le relataba
Alguna anécdota con el
Único propósito de robarle
Una de esas sonrisas que
Parecían poder siempre
Repartirse con meliflua
Tranquilidad entre el
Tiempo y el silencio
Que comenzaba a ser
Una amenaza para nuestras
Inocentes intenciones.
Sonó una buena canción,
Sin nada de ropa encima
Y con las ventanas abiertas
De par en par la invité a
Bailar por todo el apartamento
A pesar de que la danza
Nunca ha sido mi fuerte,
Ella aceptó mi propuesta,
Dimos incontables vueltas,
Intercambiamos miradas
Coquetas y no nos ahorramos
Ni la más mínima carcajada
Para una próxima ocasión.
Revolcamos el universo
Un par de veces más,
Los intervalos siempre
Eran amenos,
Llenos de charlas,
De caricias,
Siempre parecía
Haber otra frase,
Otro juego,
Otra canción acústica
Acompañada de una
Voz ronca y distraída.
Nos despedimos a la
Mañana siguiente,
Admito que me dieron
Ganas de besarla
Como despedida y
Que estoy convencido
De que no he presenciado
Imagen más poética y
Melancólica que su
Figura alejándose
Sin afán alguno
De mi presencia,
De mis palabras
Y de mis caricias.

Entré a mi cuarto,
Me acosté en la cama,
Puse la canción que
Siempre utilizo antes
De comenzar a escribir,
Una canción bastante
Sencilla y floja desde
Su composición musical,
Pero que me pone en
La tónica adecuada para
Sentarme un par de
Horas a teclear sin parar,
Una canción que escuché
Con detenimiento antes
De mirar el reloj que
Marcaba las 11:23 a.m.,
Bostezar,
Dar una vuelta en la cama,
Sonreír con ironía
Y tener absoluta claridad
Sobre al menos un aspecto
De mi banal existencia:
No quiero volver a verla
Aunque sea una mujer
Extraordinaria,
Pues no es más que la
Repetición de una serie
De características que
Busco y no ha logrado
Sorprenderme en ningún
Momento de la velada;
No se puede estar
Con alguien que no
Te sorprende,
Para eso me tengo
A mí mismo.


Por: Juan José Cadena D. 

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