sábado, 7 de marzo de 2015

Necesidad de diccionario

Defíneme,
Dibuja mis detalles
Con ese par de ojos
Que parecen no estar,
Que se disipan
En su microcosmos,
Anarquía inútil,
Saltos al vacío,
Estornudos;
Sí, te lo estoy pidiendo,
Púleme con tus ideas,
Configura lo que soy
Desde esos mecanismos
Tan nombrados
En conversaciones irrelevantes,
No te son inalcanzables,
Lo sé,
Lo sabes,
Lo sabemos porque
Fue una construcción propia,
Un riachuelo bien encaminado,
El rasguño que dejamos
Colgado en la pared
Para llenar de simbolismos
El espacio que debió se nuestro.
Reorganízame,
Redistribuye mis prioridades,
La pirámide ovalada
Se inclina ante tus pies
Para acariciar la rigidez
Posada en tus mejillas;
No, no quiero que te vayas,
Pero tal vez debes hacerlo,
Es como pensar en la lluvia
Sentado en el parque,
Considerar la muerte,
Comprenderla,
Invitarla a almorzar
Porque escuché
De muy buena fuente
Que le encanta el pesto;
No quiero que te vayas,
Quiero que me describas
Con la paciencia taciturna
Con la que miras las estrellas,
Quiero que tus manos
Dejen de ser manos
Aunque sea cinco minutos,
Que adquieran la capacidad
De crear un puñado
De inseguridades vagas,
La divinidad latente
Con la que soñamos
Mientras las nubes revoloteaban,
Jugaban a no quedarse quietas
Ante mi displicente mirar.
No me ignores, por favor,
Sé que está ahí,
Oigo tus pensamientos
Filtrados a través de párpados
Entrecerrados y difusos,
Enséñame a escucharte
Para disfrazarnos juntos
Y salir a la calle a deambular,
A contar cuántas personas
Llegamos a confundir,
Creo que nuestros conocidos
Entrarán en aquella cifra,
Estarán sentados a la mesa,
Contarán un chiste,
Se reirán con nosotros,
Nos reiremos con ellos,
Nos miraremos de reojo,
Sabremos que lo hemos logrado,
Que podemos dormir tranquilos
Al menos esa noche,
El secreto está a salvo,
Bajo llave en la mesa de noche
Que me regalaste en navidad,
Recostado junto a una carta
Que nunca quise abrir
Porque con solo olerla
Sabía su contenido.
Lléname de odio,
De falsedades,
De historias ajenas,
De sueños inventados,
Haz que se me caiga el pelo,
Que me crezcan las uñas,
Que comience a fumar
Para poder hablar
Con aquella mujer
Vestida de azul oscuro,
Pero haz algo,
No te tambalees,
No salgas a caminar
Si no estás bien abrigada,
Por favor no,
No me hagas caso,
Entiende que no me hace falta
Aunque así lo parezca,
Compréndeme
Aunque esa comprensión
No sea más que una
Malinterpretación hedionda,
Respírame,
Acaricia mis demonios
Para que dejen de ser
Los seres pasivos
Que fingen hacerme daño.
Destrúyeme,
Admitamos que somos culpables,
Retirémonos y dediquémonos
A hacer lo que más nos gusta,
Seamos felices
Con el trabajo de otros,
Condenémonos,
De una vez por todas,
A ser siempre los mismos,
Dame la tranquilidad
De estar sentado
Sin pensar
En que andas  
Corriendo por mis venas,
Comprime mis deseos
Para no enterrar a nadie.
Grítame,
Sacude mi alma,
Deja que tus labios
Guíen el caminar
De un anacoreta,
Permite que tus silencios
Se posen sobre mis palabras,
Eclipsémonos,
Intentemos asombrarnos
De lo equivocados
Que podemos llegar a estar
Con respecto al otro,
Mirémonos un siglo
Tan solo para comprender
Que el infinito es incoloro,
Hablemos de nuestras infancias
Mientras comemos helado
En aquella banca
En la que las ambivalencias
Tienden a no existir.
Defíneme, por favor,
Defíneme para ser alguien,
Para enmarcarme en la realidad,
Para poder volar en sueños
De seres que no conozco,
Para ser libre
Para elegir,
Para desaparecer.

Por: Juan José Cadena D.

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