lunes, 6 de enero de 2014

Aparentemente trascendental

Atrapado.
Un tanto moribundo y un tanto muerto.
Acostado boca arriba sin sentir la piel.
Ojos bien abiertos pero perdidos, inundados.

Hambre… mucha hambre y poco más.
A la espera, en tiempo fuera, a la expectativa.
No hay ayer ni mañana que aguante.
Rincones con gritos que se alejan.

Bienvenido sea y mucho gusto.
Deslumbramiento total, incluso fatal.
Pensamientos que se pierden, se esfuman.
Uno que otro segundo que se va.

Ideas prematuras con contrastes artificiales.
Electricidad trascendental aunque esquiva.
Vergüenza maquillada y lista para modelar.
Momentos implacables de quietud auditiva.

El arribo esperado.
Esperanza que se dibuja de a pocos.
Señales inconfundibles que se dilatan.
Aplastado contra la misma incertidumbre.

Parpadeos eternos.
Blancura insostenible e inevitable.
Risas.
Siempre a la espera de algo más.

Ultimátum no entendido del todo bien.
Disparos al aire que no dañan las nubes.
Últimos instantes de desesperación.
Planificación perfecta pero mal ejecutada.

Ya no queda nada.
Fantasmas entre calles desiertas.
Nostalgia.
Dolor.

Por: Juan José Cadena D.


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